¿Alguna vez se ha percatado cómo los niños pueden ver una y otra vez la misma película animada, y prácticamente recitar los diálogos? Se lo pregunto porque lo sucedido ayer es algo así como volver a ver la misma cinta, sólo que esta vez con toques de acción, comedia y hasta drama.
Resulta que 24 horas antes de cumplir sus 100 días al frente de la administración, Eduardo Rivera Pérez, presidente municipal de Puebla y Miguel Ángel Huepa, alcalde de San Andrés Cholula, decidieron proyectarnos la misma historia que hemos visto y escuchado en trienios anteriores.
Este martes signaron un convenio de “buena voluntad”. En el documento establecen el compromiso de ambos para trabajar en la dotación de servicios como alumbrado público, parques, jardines, limpia y seguridad pública.
¿No se supone que esos compromisos simplemente son su obligación? Es pregunta, que conste.
Este convenio resulta ser como aquella broma en la que Luis Paredes, entonces presidente municipal de Puebla y su homólogo de San Andrés, Guillermo Paisano, decidieron echarse un volado preguntándoles a los vecinos, a través de un plebiscito, de qué lado querían vivir.
¿Con melón o con sandía?
La sorpresa para muchos fue que ganó “sandía” y los habitantes de dicha franja territorial, que no está de más aclarar que tiene una extensión mayor a los 8 kilómetros y está habitada por más de 100 mil poblanos, pues preferían ser parte de San Andrés por una sencilla razón (sentido común): el impuesto predial era más barato.
Pero en la película de aquel entonces el bueno se convirtió en malo y el malo se convirtió en tonto, pues Luis Paredes no respetó los resultados del juego y Puebla les siguió cobrando los servicios a colonias que en su momento fueron parte de San Andrés; por eso Guillermo Paisano decidió quedarse calladito y salirse del juego.
No se hagan bolas
El asunto es muy sencillo y ambos presidentes lo saben. Uno por ser diputado en la anterior legislatura (Eduardo Rivera) y el otro por trabajar en el Congreso para una legisladora (bueno, si es que se enteraba de lo que sucedía en la cámara).
Instrucciones del juego:
1. O aplican el decreto de 1 62, en dónde el límite establecido es el río Atoyac. Hay que aclarar que este sistema es el menos favorable para el alcalde de Puebla, pues imagínese lo que sería para él perder los recursos generados por los impuestos que paga toda la zona de Angelópolis, incluidos fraccionamientos residenciales conurbados.
2. Utilizar la nueva Ley de Límites Territoriales, por cierto aprobada en la legislatura en la que trabajaron ambos alcaldes —aunque tal vez faltaron ese día—, la cual establece que a petición de las autoridades municipales (es decir, ellos mismos) los legisladores deberán generar un nuevo decreto.
3. Firmar un acuerdo de cuates para tener algo qué informar en los 100 días.
Sólo para mujeres
Enrique Peña Nieto llega a Puebla
No de manera literal —qué más quisiera yo, la verdad— pero sí a través de la Fundación Isidro Fabela, que fue creada a nivel nacional y ahora en los estados para realizar el trabajo político a favor del esposo de “La Gaviota”.
Hoy, en el hotel Presidente Intercontinental tomarán protesta al Comité Directivo Estatal, que será encabezado por Alberto Amador Leal. Sí, ya sé, como diríamos en mi pueblo, como que nomás no combinan las personalidades, pero pues ya qué le hacemos.
El punto es, que a partir de hoy iniciarán la construcción de una red que pretende llevar al gobernador del Estado de México a Los Pinos, y aunque se supone que la fundación es creada con la finalidad de “ser un enlace entre la sociedad civil y un nuevo proyecto de gobierno, a fin de mejorar la calidad de vida de nosotros, todos los mexicanos”, la realidad es que 2012 ya está muy cerca y el PRI en Puebla no puede solo, y para muestra lo que está pasando.
100 días 100
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