En este penal opera la “libre empresa”. Desde las más ínfimas actividades como ir a entregar un mensaje, o las más sofisticadas como comprar y vender drogas, significan ingresos para los mismos internos del penal de San Miguel, cuya población rebasa en más de 200 por ciento lo permitido.
En este lugar, drogas como la marihuana y la cocaína tienen un precio especial: más alto que en la calle. Quienes se encargan de su distribución escasamente son molestados por el personal de custodia, los que atrapan se les considera como “segundones” —en las calles les dicen “bateadores”—, son reemplazables; cuando uno cae de inmediato contratan a otro. Las drogas no se pueden dejar de vender.
El ingreso de drogas a este penal tiene muchas formas: en alimentos, vehículos, ropa o zapatos, pero siempre supervisado por alguna autoridad, incluso existen horas para poder realizar la ilícita actividad.
Nada más, amigo lector, imagine cuántos internos en este penal son adictos a algún tipo de droga y qué pasaría si no la consumieran. Lo más probable sería un amotinamiento, por lo que el consumo está “permitido” por encimita. “Si no te veo, no te castigo”.
Una carta de un excustodio de este penal simplifica lo que aquí le comentó.

El correo de los muertos
“Que tal mi estimado, vi tu nota de la venta de droga en el Cereso de San Miguel. Te voy a contar algo, yo fui custodio y llegué a ser mando. Yo me gané el rencor de los reos y tuve diferencias con mis directivos por mi “carácter y mi buen servicio”, porque yo siempre quise combatir la corrupción y la mala administración de ese penal. Me costó que me cambiaran de lugar y después me despidieron.
”La venta de droga en el penal donde trabajé era como comprar un dulce en cualquier caseta. Todos los reos saben quién la distribuye, pero gracias a la protección de los directivos nunca se les pudo encontrar nada; pero a otros reos eran a los que se las metíamos para adjudicarles un proceso o correctivo, como es el caso del reo Arnol Joaquín Romero Sosa, quien era “nuestro cliente”, ya que es uno de los reos adictos del Cereso.
”Así como la droga, también existe la venta o renta de televisores, celdas, VI (Visita Intima), Xbox y cajones de trabajo. Las concesiones para vender desde pepitas hasta las casetas, de comida y tienda, para trabajar en cocina, negocios que han favorecido a los anteriores directores, y no se diga al actual, que gracias a las enseñanzas de las anteriores administraciones ahora también está haciendo negocios.”

El correo de los muertos
Desde Izúcar de Matamoros

“Saludos don Alfonso, soy un asiduo lector de su columna y me sorprende que usted que conoce como nadie las entrañas de la procuraduría no haya denunciado el nombramiento de un mafioso que dice que compró la plaza de Izúcar, y que gracias a ello lo nombraron sin pasar ningún control de confianza ni examen de ningún tipo. Además con averiguaciones previas en su contra pendientes, denuncias, quejas radicadas todas por órdenes superiores en la Mesa de Trámite Uno de la procuraduría, Rafael Carpinteyro Lazcano es director de Ministerios Públicos en la región de Izúcar, ha sido cesado en dos ocasiones de la procuraduría por corrupto y extorsionador; se le relaciona y pertenece a la mafia la excordinadora de ministerios en Cholula, actualmente prófuga por nexos con la delincuencia organizada, con la que fabricaba todo tipo de averiguaciones para extorsionar a personas adineradas de la región de Puebla, Atlixco, Chipilo, Izúcar, etcétera. Carpinteyro tiene varias denuncias por todo tipo de delitos, principalmente chantaje a empresarios de la región. Las averiguaciones previas contra Carpinteiro y sus clientes son archivadas, no progresan porque él controla una mafia de Ministerios Públicos. ¿Cómo es posible que regresen a la procuraduría este tipo de personajes? ¿Será cierto que le compró la plaza al subprocurador Proal Diez de Urdanivia? En fin, don Alfonso, o sabe usted esto, o como dice Carpinteyro que la prensa no se mete con él porque le deben favores.
”Gracias don Alfonso, la procuraduría tiene mafiosos controlando ministerios públicos. Cheque usted al coordinador de ‘mps’ adscritos a los juzgados, de nombre Guillermo, quien como actuario de los juzgados civiles bajo la protección de su cuñado, el juez Carlos Ramírez Nava, se hizo multimillonario, vive en una mansión y maneja jugosas cuentas bancarias. Hasta dónde vamos a llegar, don Alfonso.”
Hasta aquí la carta

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