No tiene mucho que Amadeo Lara Terrón, secretario de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, buscó e incluso orquestó un “aquelarre” con su homólogo, pero éste con el cargo del estado, Ardelio Vargas Fosado, al anunciarle que le iba a enviar un primer paquete de 200 elementos de la Policía Estatal Preventiva (PEP), que “ya estorbaban” en la corporación de la Policía Municipal, además podrían “infectar” de corrupción a los nuevos elementos que salieran de la nueva academia de Policía.
El aviso cimbró las estructuras de Seguridad Pública, primero porque no había acomodo inmediato para los nuevos elementos y segundo se trataba de otros 200 salarios que debía devengar el gobierno del estado, que en estos momentos sigue sufriendo una crisis que mantiene a empleados de confianza sin poder cobrar una sola quincena, principalmente en las filas de la Procuraduría General de Justicia (PGJ).
Sin embargo, ese traslado ya no tuvo un final feliz, la “estrategia de Lara Terrón se tuvo que guardar en el escritorio para atender otro problema, este más grave, pues resulta que en más de un 90 por ciento, elementos de las policías auxiliares tuvieron que ser dados de baja, al no pasar la prueba de confianza, amén de que muchos no estaban siquiera capacitados.
El secretario tuvo que lidiar con otro problema más, el ayuntamiento de Puebla, pese a las medidas de seguridad que la ciudad demanda, no se le ocurrió equipar a las juntas auxiliares del material más elemental para el desempeño de las funciones de la Policía Auxiliar y este fueron las armas, vehículos, uniformes, chalecos y otras cosas más.
Lara Terrón se “sentó sobre una bomba” y al final tuvo que recular y mejor decidió sostener por más tiempo a los elementos prestados de la Policía del estado y aún más, echar mano de todo lo que estuviera a su alcanza para “solucionar” el conflicto de las juntas auxiliares.

Solución y ajunte de cuentas, dos en uno
Contando con el apoyo de Germán Mateo, el encargado del área del corralón municipal, que nunca esta en su centro de trabajo y si como “limpia botas” del subdirector operativo de Tránsito, Eduardo Pérez Merchant, ambos convencieron al secretario que “ajustara cuentas” a los “enemigos del sistema” y echaron a andar la operación “cacería de brujas”.
Así las cosas, don Amadeo se desmañanó el lunes para informar que cien elementos de la Dirección de Tránsito, la gran mayoría del estado, prestados al municipio, iban a ser elementos de las policías de las juntas auxiliares, así nada más, pero no dijo que en sus listas incluyó a comandantes como Rafael Gali, de sobrada experiencia en las filas de Tránsito, además de las esposas de otros exfuncionarios de Tránsito, logrando con esto cumplir su venganza contra la administración pasada y después fingir demencia.
Claro que de todo esto hubo “ganones”, Germán Mateo fue uno de “estos”, pero esto se lo voy a contar en la próxima entrega.   

Más de los hermanos Moranchel
El correo de los muertos

“Estimado señor Ponce de León, los que escribimos solicitamos la gracia de anonimato y queremos hacer de su conocimiento que somos un grupo integrado por decenas de acreedores de los hermanos Tiro Moranchel, en especial Edmundo, y hemos notado que esta persona se ha adueñado del Cereso de Puebla, desde que cambió la administración gubernamental y el nuevo director (¿?). Ahora los Moranchel tienen el Cereso bajo su control, ello obedece también a que Indalecio Cuesta dejó ir a muchos internos preliberados que no tenían derecho a salir, como lo es Alejandro el exencargado de V.I. y `la tripa´, exencargado de patio; estos al irse dejaron un vacío de poder el cual fue comprado por los hermanos Tiro Moranchel y ahora distribuyen todo el poder adentro del penal, ellos con los antes peligrosos internos del dormitorio X, son los único que pueden dar órdenes dentro del Cereso, los hermanos Tiro Moranchel administran y controlan V.I., los giros comerciales, la venta de drogas y demás, como dijimos, en la anterior administración el exdirector los mantenía al margen pero este nuevo y su nuevo  director de seguridad, Juan Roberto Montes Romero y Luis Renato González Ochoa, conjuntamente con `la Momia y el Diablo´ ( jefes de grupo) les dan a los Moranchel y a los del dormitorio X todas las facilidades para administrar el Cereso.
”También hemos investigado a sus abogados, los cuales nos acosan telefónicamente y nos prometen cosas que no pueden cumplir, amenazándonos que van a sacar a su cliente con amparos y que no nos van a pagar nada, su abogada Pilar Méndez López (una güera) tiene un hermano que se dedica a robar terrenos que luego le vende a los Moranchel, y su abogado Gabriel Hernández también tiene su historia con eso de robar terrenos, así que por eso no les creemos; ahora que hemos investigado la procedencia de los terrenos que compro Grupo Sitma, nos damos cuenta que los compraron robados de los abogados y que tarde o temprano serán recuperados. También los abogados dicen tener mucha influencia con el gobernador y con el Colegio de Notarios, que tiene a todos los notarios a su servicio y que hacen todo `lo chueco´ que ellos quieren, por eso se sienten Dioses.
”Antes dimos una conferencia a otro diario, pero esperamos que Usted atienda nuestra carta y por su medio solicitamos a la PGR investigue a los Tiro Moranchel y a sus abogados, por violaciones a las leyes notariales y demás delitos federales que les competen, pues estamos seguros que la PGR si podrá hacer una debida integración de los graves delitos que los Moranchel y sus abogados cometen”.
Hasta aquí la carta

Nos vemos cuando nos veamos
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