Resulta que la reforma a la “ley del aborto” sólo fue un petardo.
Los legisladores decidieron que la propuesta enviada por el gobernador Rafael Moreno Valle será metida a la “congeladora”.
Ayer el presidente de la Gran comisión del Congreso local, Guillermo Aréchiga, anunció la imposibilidad de que la propuesta sea aprobada durante su periodo ordinario de sesiones. Para el legislador del Panal el tema requiere de un análisis profundo e incluso la realización de foros ciudadanos para conocer la opinión de los ciudadanos.
Ni crea usted que andan en campaña.
Todo es una farsa.
La reforma enviada por el ejecutivo al Congreso local resultó ser solo un tema de agenda mediática, pues ahora dicen los protagonistas de su aprobación o rechazo que el tema debe ser consensuado. Que pese al avance que representa evitar el encarcelamiento de mujeres que abortan a cambio de tratamientos clínicos (que, insisto, más vale loca que asesina) necesitan tiempo para decidir la factibilidad del tema.
Por favor, no se hagan tontos ni jueguen con la inteligencia de los ciudadanos.
No me gustaría pensar que el gobernador Rafael Moreno Valle y sus empleados diputados se pusieron de acuerdo para subir el tema a los medios de comunicación y hacerlo ver como lo que quizá no sea.
Prefiero creer que los legisladores poblanos no ven mas allá de sus propios intereses y en este momento a ninguno le conviene subir el tema a tribuna, pues los tiempos electorales están a la vuelta de la esquina y cualquier postura al respecto no sólo pues perjudicarlos sino sacarlos de la jugada.
Cabe destacar que por lo menos la mitad de nuestros representantes legislativos tiene intenciones de buscar una candidatura como diputado federal. Mientras son peras o manzanas y ante una sociedad conservadora y espantada, a ninguno de ellos les interesa el tema.
Priistas, panistas, perredistas y demás prefieren enviar a la caja de los recuerdos una reforma legislativa que representaría para Puebla, desde mi punto de vista, un pequeño avance en el tema de la despenalización del aborto. Sí, no es la ley que merecemos como sociedad, pero insisto, algo es algo.
Ninguno de ellos (quienes buscan una curul federal) tiene las agallas para enfrentar realidades tan crudas como el aborto y la libertad de decidir de cada mujer.
El tema no sólo podría traerles mala percepción de los electores, sino un gran enfrentamiento con el líder natural de nuestra sociedad: la Iglesia.
Se imagina usted lo que pensarían los representantes católicos en nuestro estado de cada uno de los diputados que votaran a favor de “tal barbaridad”.
Dios nos guarde.
Evidentemente para los intereses políticos de los legisladores poblanos, el tema de la reforma enviada por su jefe no es conveniente en estos momentos. Se avecina un proceso electoral en el que los aspirantes se están vendiendo con su mejor cara, incluido —por supuesto— el presidente de la Gran Comisión del Congreso, Guillermo Aréchiga, quien cree que será candidato a senador (no se ría, él lo cree).
Ni hablar, en este estado se legisla de acuerdo con intereses personales y políticos. Los ciudadanos, no importamos.
Ley del aborto, una farsa
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