Ayer, al filo del mediodía, dejó de trabajar como director del Centro de Convenciones de Puebla, Gustavo Gutiérrez Bellato, tal y como lo adelanté a inicios del mes que está por concluir, tras diversas diferencias con el secretario de Turismo, Ángel Trauwitz Echeguren.
Tristemente el Centro de Convenciones de Puebla se ha convertido hoy en oficinas gubernamentales, y está muy lejos de cumplir las funciones y los objetivos para los cuales se construyó el inmueble.
El personal de oficinas prácticamente fue desalojado del recinto por el que se siente el nuevo mandamás del edificio, Roberto Galván, quien presume —como también lo comenté en otra entrega— su parentesco con el secretario de la Defensa Nacional.
Con toda la prepotencia del mundo y auxiliado por miembros de la Policía estatal, Galván echó a la calle a personal del área de Ventas y de Asuntos Jurídicos, quienes recibieron la orden de sacar de sus oficinas solo sus pertenencias personales y equipo de cómputo de su propiedad.
El área de Ventas pasó a ocupar un pequeño local comercial en donde se atiende a los clientes, pero da lástima ver la forma en que se busca vender el inmueble para eventos y congresos con esa presentación.
Tal vez lo que se busca es concesionar el Centro de Convenciones de Puebla como siempre fue la intención del hoy gobernador, Rafael Moreno Valle, cuando fungió en la administración melquiadista como secretario de Finanzas y Desarrollo Social.
Por cierto, la encargada de hacer la entrega oficial de las oficinas fue la directora administrativa, Aída Aguilar, una mujer prepotente que trata a todos con la punta del pie y que se dice cobra dos salarios: uno en la secretaria de Turismo y otro en el Centro de Convenciones, quién sabe por qué.
Otra cosa grave que pasa en el Centro de Convenciones es cuánto de los recursos propios del CCP se ha destinado dinero a la Secretaria de Turismo, pues sólo se maneja el concepto de “gasto por comprobar”. Estos recursos los recibe una persona ajena al Centro de Convenciones, por lo que nadie sabe quien los comprobará, esto hace que prácticamente el año se cierre sin recursos.
Por si fuera poco, del evento de la Sedena, el cual se llevó a cabo en el nuevo Centro Expositor de Los Fuertes, del dinero que pagó la secretaría de la Defensa Nacional se cubrió la cantidad de 5 millones de pesos, de los cuales nuevamente a la empresa de Gustavo Gutiérrez el centro le pagó la nada despreciable cantidad de 4 millones 600 mil pesos por la realización de este evento, quedándose el Centro de Convenciones sólo con 400 mil pesos que no sirven ni para gastos de luz y operacionales; pero, en fin, qué buen negocio es el CCP.
Otro buen negocio que se hace a costa del inmueble lo maneja la prima de la directora administrativa Aída Aguilar, quien giró instrucciones para que su pariente sea la única persona autorizada para llevarse basura como cartón, aluminio y madera que sale de los eventos no pagando ni un centavo por esto, y son los propios trabajadores del CCP quienes se encargan de separar los productos.
Vaya que el Centro de Convenciones de Puebla resultó una muy buena “caja chica” para algunos.

Doger y Zavala
Ayer estos dos personajes se reunieron por enésima ocasión para pactar una tregua.
De acuerdo con la propia versión de los dos priistas aspirantes al Senado de la República, la tregua consiste en evitar los ataques personales y respetar la resolución que el CEN del PRI asuma en torno a la formula del PRI-Panal-Verde Ecologista.
A la mesa de ambos personajes, más tarde se sumó el operador blanquista Víctor Manuel Giorgana Jiménez, quien también se sumó al pacto Zavala-Doger.
A ver cuánto dura la tregua.

Van Blanca y Gordillo
Como ya estaba cantado, los funcionarios estatales Blanca Jiménez y Néstor Gordillo ayer renunciaron a sus cargos para buscar las candidaturas como diputados federales por los distritos 9 y 12 de Puebla.
A nadie le cabe la menor duda que son los candidatos del gobernador Moreno Valle, y como tales van a la contienda panista.