Diga lo que diga el dizque líder del PRI estatal, Juan Carlos Lastiri, el proceso interno de su partido simplemente se le salió de las manos. Lo que se vivió ayer en las instalaciones del tricolor ubicadas en la diagonal Defensores de la República no fue más que una verbena popular no sólo de un pésimo gusto, sino de indudable demostración de que en Puebla todo está fuera de control.
Fueron nada más y nada menos que 87 personajes priistas que se inscribieron para contender a alguna de las 15 posiciones disponibles para candidatos a diputados federales. Cada uno de ellos, además de creer que cuenta con el perfil necesario para la contienda, tuvo que desembolsar la nada despreciable cantidad de 20 mil pesos para obtener la carta de liberación de adeudos de cuotas a la Secretaría de Finanzas del tricolor. Es decir, el partido que encabeza el exsecretario de Desarrollo Social obtuvo, gracias a su numerito, la cantidad de un millón 740 mil pesotes, por aquello de los gastos de papelería, gasolina y copias (los tamales y el champurrado dicen que fueron cortesía del delegado).
Tratando de aparentar un proceso “democrático” en donde hubo de mole, de rajas y de dulce, el Revolucionario Institucional y sus dirigentes tendrán la bronca de desenredar lo que ellos mismos enredaron. Dígame usted, ¿qué necesidad? ¿No que los candidatos serían de unidad?
Evidentemente los priistas carecen no sólo de la sensatez para realizar procesos previos a la selección de cuadros, sino que la ausencia de un gobernador priista los ha llevado a actuar de formas verdaderamente inexplicables. Pero eso es lo que pasa cuando siempre se es borrego y de repente tienen que aprender a pastorear.
La verbena efectuada ayer en las instalaciones del “expartidazo” no sólo parecía sacada de extraordinaria parodia de los 80, sino que muestra la ignorancia, la soberbia y el retroceso que han vivido desde que se convirtieron en oposición.
Por si fuera poco el desmadre que se traen los líderes y los aspirantes al Senado de la República, quienes no terminan de ponerse de acuerdo, algunos diputados locales de la bancada tricolor pidieron licencia para hacer más complejo el tema. José Luis Márquez, Jesús Morales, Filiberto Guevara y Edgar Salomón decidieron que la curul poblana les queda chica y también se inscribieron para buscar una silla mas grande.
Parece chiste, ¿no?
Creo que la lección que tuvieron en el proceso electoral pasado no fue suficiente para los personajes tricolores. Todavía piensan, creen y hasta se atreven a asegurar que con la hermosa cara del candidato a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, van a ganar todo en Puebla. Ternuritas.