Cada vez es más claro para el panismo local que perdieron más de lo que ganaron cuando Rafael Moreno Valle Rosas, triunfó sobre el marinismo y puso —en teoría— fin a más de 80 años de gobiernos priistas en Puebla.
La distancia entre el panismo poblano y el gobernador cada vez se hace más notoria. No sólo es el hecho de que el gobernador del estado, el principal activo de Acción Nacional, no esté presente en actos de su partido, no. Lo es también la total orfandad en la que ha dejado a los candidatos que se identifican plenamente con el albiazul, mientras alimenta y protege con todo a la gente que se identifica única y exclusivamente con él, con su proyecto político.
Queda claro que el gobernador Moreno Valle tiene una apuesta por demás ambiciosa: crear su propia clase política, su propio grupo, ajena a todos los partidos políticos y que respondan única y exclusivamente a sus intereses, los del morenovallismo.
Su apuesta por demás ambiciosa de renovar a la actual clase política local con nuevos cuadros tanto en el PRI como en el PAN y en la izquierda avanza notablemente, pero en el camino ya dejó muchas cuentas pendientes por cobrar, sobre todo en el albiazul, en donde pase lo que pase el 1 de julio hay mucha inconformidad contra el gobernador de Puebla.
Es claro que la campaña de Acción Nacional en Puebla va en dos direcciones: en la de los candidatos identificados con el gobernador Moreno Valle hay todo tipo de apoyos, hasta las instalaciones oficiales les son prestadas para realizar sus eventos. En contraste, la de la propia candidata Josefina Vázquez Mota y la de los candidatos de Acción Nacional que no se identifican con el gobernador carecen de todo el apoyo y hasta usan un lema diferente de campaña, al que los candidatos “oficiales” utilizan en su publicidad.
Todo parece indicar que la prudencia es lo que privará durante los 80 los días que aun le restan a la contienda electoral y que el ajuste de cuentas vendrá, hasta que haya concluido el proceso electoral donde dicen que, ahora sí, vendrá el ajuste de cuentas entre ambos bandos, que tendrá sus repercusiones en el proyecto de 2013, en el cual el gobernador volverá a necesitar de las siglas de Acción Nacional para su proyecto transexenal.

El PRI, con el ánimo renovado
Pese a que los números no le son del todo favorables, las campañas de los priistas en Puebla vivieron un buen arranque.
La candidata al Senado de la República, Blanca Alcalá Ruiz, aprovechó antes de que iniciara la Semana Santa, para enviar a su personal al OFS con la intención de responder a las observaciones que han realizado a su cuenta pública esperando que haya una buena respuesta. La candidata al Senado por el PRI se ve asentada y poco a poco toma mayor confianza, asumiendo el papel de ser la cabeza del PRI en esta campaña y asumiendo la responsabilidad de tener que jalar al resto de sus compañeros.
Otros que hacen una buena labor son Enrique Doger Guerrero en el distrito 6, con cabecera en Puebla y Pablo Fernández del Campo en el distrito 12, en donde puso nervioso a Néstor Gordillo, pese a que este último cuenta con todo el apoyo del aparato gubernamental.
Otros dos que iniciaron una buena labor de arranque de campaña son José Luis Márquez Martínez, candidato a diputado por el distrito 2, con cabecera en Zacatlán y Víctor Díaz Palacios, quien encabeza las preferencias en el distrito 3 con cabecera en Teziutlán.
Será cuestión de ver si en los próximos días las campañas del PRI siguen manteniendo esta dinámica, sobre todo porque se espera que ahora si, pasada la Semana Santa, se venga encima toda la avalancha en contra de los candidatos del tricolor, quienes tienen como aliciente que en este mes tendrán la visita de su candidato a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, quien estará en Puebla sólo dos veces durante los 80 días que le resta a la campaña.