Aunque seguramente para los yuppies que toman las decisiones en la Secretaría del Transporte 7 pesos con 50 centavos pueden parecer una bicoca, para el resto de los poblanos que utilizan por necesidad el transporte público esta tarifa para el Metrobús representa un duro golpe a sus finanzas familiares.
Para analizar el impacto que tendrá la tarifa del Metrobús debieron considerar una serie de factores, los cuales evidentemente no fueron importantes para los funcionarios morenovallistas. De entrada, el uso del Metrobús no puede ser considerado como una alternativa opcional para los poblanos si consideramos que el proyecto global contempla la desaparición de las rutas que compitan con el trayecto del nuevo sistema de transporte.
Es decir, que los poblanos estarán obligados a utilizar el Metrobús, ya que no existirán rutas alternas.
Partiendo de esa base, tenemos que los usuarios del transporte público que habitan en las colonias que recorrerá el Metrobús no les quedará otra alternativa que pagar 7.50 pesos por viaje. A este gasto los poblanos deberán sumar un segundo transporte, ya que la naturaleza del llamado Metrobús es cubrir una troncal, la cual debe ser complementada por un transporte auxiliar, el cual tendrá un costo mínimo de 6 pesos.
De acuerdo con los propios expertos, serán contados los usuarios que utilicen únicamente el Metrobús para llegar a su destino.
Hagamos una rápida suma para entender la gravedad de la cuchillada que las familias poblanas sufrirán con la llegada del Metrobús.
Si una familia de cuatro personas utilizara el Metrobús y una ruta auxiliar diariamente de ida y vuelta, gastarían 15 pesos de Metrobús y 12 de la ruta auxiliar cada uno, haciendo un total de 108 pesos diarios que multiplicados por 22 días hábiles del mes, asciende a 2 mil 376 pesos.
Si estos números los comparamos con los 60 pesos del salario mínimo vigente, el cual implica que un trabajador recibe menos de 2 mil pesos mensuales tenemos que el Metrobús no representará una opción para el grueso de los poblanos.
Así las cosas, el futuro transporte será un objeto de lujo, fuera del alcance de quienes más lo necesitan.
Y conste que no lo digo yo, lo dicen los necios, fríos y malditos números.
Ahora, ladrones de motores
La nota principal de Intolerancia Diario de este día nos revela la forma en la que funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública operan en total impunidad, robándose hasta los motores de los vehículos resguardados en uno de los corralones estatales.
Es impactante saber que las unidades que están en los corralones sean desvalijadas para equipar a las patrullas de Vialidad estatal.
A las cosas por su nombre.
En este caso robaron un motor de un carro particular para equipar una patrulla de Vialidad. Y lo pusieron por escrito.
Lo que documenta el reportaje de Jorge Castillo refleja la corrupción reinante en las delegaciones de Vialidad en el interior del estado y nos pone en alerta sobre el abuso de quienes tienen a su cargo la custodia de miles de vehículos.
Ojalá que ante estos hechos la autoridad estatal —empezando por la Secretaría de la Contraloría— actúe con energía, tal y como lo hicieron con los ladrones de motocicletas en La Vista.
Dice el gobernador que “en Puebla, nadie por encima de la ley”.
Veremos y diremos.
Un Metrobús elitista
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