Un mensaje de texto del expresidente del Consejo Electoral Municipal, Herón García Martínez, me dejó en claro por qué todo aquel que aspira a gobernar Puebla capital tiene que visitar las 17 juntas auxiliares que forman parte de su territorio.
De acuerdo con los datos proporcionados por el exconsejero, las 17 juntas auxiliares representan 80 por ciento de la votación del municipio de Puebla, cuyo padrón representa alrededor de 32 por ciento del total del padrón estatal, al cual si se le suma la zona conurbada representa casi 40 por ciento.
Las juntas auxiliares retoman entonces total relevancia en materia electoral porque ahí se concentra 80 por ciento de los ciudadanos con capacidad para votar y elegir al próximo edil capitalino, cuyo mandato durará 4 años y 8 meses por única vez. Las 17 juntas auxiliares de Puebla son las siguientes: Ignacio Romero Vargas, Ignacio Zaragoza, La Libertad, La Resurrección, San Andrés Azumiatla, San Baltasar Campeche, San Baltasar Tetela, San Felipe Hueyotlipan, San Francisco Totimehuacán, San Jerónimo Caleras, San Miguel Canoa, San Pablo Xochimehuacan, San Pedro Zacachimalpa, San Sebastián de Aparicio, Santa María Tecola, Santa María Xonacatepec y Santo Tomás Chautla, y son un jugoso botín político, junto con sus habitantes.
Eso explica entonces por qué tres de los cuatro aspirantes identificados con el morenovallismo se han lanzado a la conquista de las juntas auxiliares de la ciudad. Fernando Manzanilla, el pasado domingo estuvo en San Baltasar Campeche encabezando una campaña de lectura acompañado de artistas.
Jorge Aguilar Chedraui arrancó su programa Puebla Sana en la junta auxiliar de La Resurrección y lo ha llevado a otras localidades con la esperanza de posicionarse mejor entre el electorado.
Antonio Gali Fayad hasta ahora no entra todavía en acción, pero se dice que su programa se enfocará también a atender las juntas auxiliares de Puebla a través de un ambicioso programa de obra pública donde habrá múltiples banderazos e inauguraciones.
El valor de las juntas auxiliares es muy alto, ya que arroja jugosos dividendos en materia electoral.

Una mala valoración de Doger
El candidato ganador de la contienda electoral por el distrito 6 de Puebla, Enrique Doger Guerrero, comete un grave error al creer que fue su popularidad y gran trabajo por parte de su equipo lo que lo llevó al triunfo el pasado 1 de julio y a ser el único priista que obtuvo la victoria.
Lamento decirle que, sin demeritar su trabajo, su triunfo en esa demarcación se debió única y exclusivamente a que el gobernador Moreno Valle y su equipo no operaron en esa zona.
Si se analiza qué fue lo que tuvo más peso y definió el rumbo de la elección en el distrito 6, definitivamente fue que el gobernador no metió las manos en esa zona y esa lectura le debe de quedar clara a Doger y su séquito, si es que en realidad quieren buscar la presidencia municipal de Puebla el próximo año.

Mi repuesta a Ramírez Robles
Ciertamente, el vocero gubernamental tiene razón en comentar que la reunión que citó en mi columna del día de ayer no se realizó en el hotel Presidente, como lo mencioné en mi espacio; efectivamente, fue en Casa Puebla y no tengo empacho en reconocer como profesional que es mi error.
Lo que también no cité, es que efectivamente la reunión fue con Enrique Yglesias, exdirector del Banco Interamericano de Desarrollo.
No obstante, el punto medular y al que hago referencia en mi columna, es que hubo otros invitados a la reunión y que el único empresario poblano que asistió a este encuentro fue Gilberto Marín Quintero, así como tampoco desinformo —como lo afirma el vocero gubernamental—, ya que de todos es sabido el desdén con el que el mandatario estatal ha tratado a la iniciativa privada de Puebla.
No escribo con dolo, Ramírez, sólo buscó informar y no tengo empacho para reconocer cuando me equivoco y como te dije en Twitter: el tiempo nos pondrá a cada uno en nuestro lugar.