Sin duda, el secretario de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto, es el más avanzado de los aspirantes morenovallistas en la carrera por la candidatura a la presidencia municipal de Puebla.
Manzanilla no sólo ya se afilió al PAN, sino que ha llevado sus actividades a todos los ámbitos, como la reunión que sostuvo en el restaurante Los Manteles, auspiciada por el empresario y miembro activo de Acción Nacional, Sergio Quiroz Corona.
El trabajo al interior de Acción Nacional comienza a rendir sus frutos en favor del funcionario estatal, el cual aún no tiene nada en la bolsa pero da pasos firmes para convencer a la militancia de su nuevo partido, de que es una buena opción rumbo al próximo año. Por si fuera poco, su alfil, Israel Mancilla, opera toda la estructura del aspirante albiazul entre simpatizantes y adherentes, y tiene en sus manos un importante padrón para lo que se ofrezca, en caso de que la contienda se tenga que ir a una interna, aunque la apuesta fundamental es que haya designación.
Por si algo le pudiera faltar al proyecto de Manzanilla, en fechas recientes y de manera abierta, el rector de la máxima casa de estudios en el estado, Enrique Agüera Ibáñez, se ha sumado a su proyecto y la muestra es la reunión que la semana pasada le organizó a través de sus operadores al funcionario estatal, con la comunidad universitaria, la cual fue tuiteada por el propio secretario general de Gobierno.
A muchos les quedó claro que el rector de la UAP tiene un pacto con el segundo en el organigrama gubernamental, de tal modo que como lo adelanté en una columna, Agüera no será candidato a nada si Fernando Manzanilla se convierte en el abanderado del PAN.
Por supuesto que el pacto Manzanilla-Agüera cuenta con el visto bueno del Señor de los Cerros, que no pierde ni uno solo de los movimientos que hacen sus piezas para la sucesión. El pacto entre estos dos personajes, por supuesto que tiene implicaciones en el PRI, en donde la pelea por la alcaldía, dígase lo que se diga, se cierra a sólo dos personajes.

Doger vs Chedraui
La lucha en el PRI para quedarse con la candidatura a la presidencia municipal de Puebla, con el pacto se centrará sólo entre dos figuras: el diputado federal electo por el distrito 6, Enrique Doger Guerrero y el empresario José Chedraui Budib.
En el papel, Enrique Doger tiene todo para quedarse con la candidatura; es un político profesional, exrector de la UAP y expresidente municipal de Puebla, no ha perdido ninguna elección a la cual se ha presentado y sería la carta más fuerte del tricolor para pelear contra el proyecto transexenal del gobernador Moreno Valle.
Los problemas de Doger inician cuando se analiza que su triunfo del pasado 1 de julio se dio en alianza con el gobernador Moreno Valle, de quien fue candidato, pero quien sabe si esté dispuesto a enfrentar a su aliado político de manera abierta en una contienda en donde su adversario podría ser nada más ni nada menos que el hombre más cercano al mandatario.
¿Doger tendría el valor de enfrentar a Moreno Valle con todo lo que esto implica? Sería interesante verlo. Cuentan que, por cierto, la semana que recién concluyó el expresidente y exrector discutió muy fuerte con uno de sus principales aliados y socios, Ignacio Mier Velasco; esta versión hay que ponerla en entredicho, ya que a ambos personajes lo une la complicidad, por lo que se antoja difícil que haya llegado la ruptura.
Por otro lado, el adversario más visible para el exrector y actual legislador federal es el empresario José Chedraui Budib, quien no cuenta con la menor experiencia en la política más que la de ser el hombre que buscó los recursos entre los empresarios para la campaña de Enrique Peña Nieto en Puebla.
Su perfil se ajusta más al del nuevo PRI que ha ofrecido el próximo presidente de la República: no es conocido, pero por los mismo no tiene los negativos que arrastra Doger y compañía, su principal fortaleza es la amistad que tiene con el futuro inquilino de Los Pinos.
Chedraui puede ser el candidato del PRI a la presidencia municipal, si y sólo si, se da un pacto en el “Olimpo” y los dioses se ponen de acuerdo entre sí para repartirse el botín gubernamental.
De otro modo, nos guste o no, Enrique Doger lleva mano y el único adversario que le podría hacer sombra sería el rector de la UAP, Enrique Agüera, quien entraría a la contienda sólo si se lo piden y si Manzanilla no es el candidato del PAN.