La palabra francesa emprendedor se refiere a una persona que tiene ideas nuevas, empresas o negocios y está dispuesta a ser responsable de cualquier riesgo que implica su ejecución, y también es responsable de los resultados.
Mentalidad se define generalmente como la disposición o actitud mental o la inclinación de una persona hacia algo. El espíritu emprendedor en sí mismo es un modo de pensar. Para ser un empresario exitoso se necesita creatividad y una mentalidad emprendedora. La mentalidad emprendedora es lo que diferencia a un dueño de negocio de un auto-empleado. Ayuda a establecer un negocio y a tener un crecimiento constante, desarrollar múltiples negocios y sacar el máximo provecho de cada oportunidad.
Es necesario tener una mentalidad emprendedora para operar un negocio y crear una empresa. Debes contar con habilidad y el talento para comercializar y vender tu producto o servicio, trabajar por muchas horas, encontrar prospectos y desarrollar un excelente trabajo. La mentalidad emprendedora te ayudará a pensar fuera de la caja y crear y buscar constantemente oportunidades. Te ayudará a ampliar tus ideas creativas, que será invaluable para otros en la sociedad. La mentalidad emprendedora es una habilidad que es posible desarrollar.
El espíritu emprendedor define a aquella persona que se atreve a llevar a cabo su idea empresarial teniendo un espíritu especial que debe cultivar y fortalecer debido a lo difícil que resulta esta experiencia.
Las habilidades de un espíritu emprendedor son:
Creatividad. La semilla de la iniciativa empresarial es la capacidad de ver las cosas de manera diferente. Ya sea con nuevos productos o nuevos procesos, los empresarios son impulsados por la extraña habilidad para ver los agujeros en el mercado e idear innovaciones para llenarlos. Aunque no es la única cualidad esencial para el éxito, la creatividad puede ser la habilidad mental, fundamental para alcanzarlo.
Sospecha de predictores. Los empresarios controlan a la mano de obra bajo el supuesto de que los datos son el único factor predictivo de un resultado. Especialmente en nuevos mercados y con nuevos productos en los que los datos son en gran parte interpretativa o extrapolados, los empresarios están impávidos por los predictores típicos, que pueden poner fuera de corazones más débiles. Un estudio realizado encontró que casi el 60% de los 500 CEO encuestados no había escrito los planes de negocio antes de la puesta en marcha de sus empresas, y sólo el 12% había hecho estudios de mercado. Estos empresarios se dan cuenta de que la creación de algo nuevo es un concurso evolutivo climatizado, y nadie puede saber el resultado con cualquier cantidad de certeza. Es como si su pensamiento, liberado de los datos, puede comenzar a construir, probar y refinar.
Confort con incertidumbre. Del mismo modo, la desconfianza de la predicción y el análisis crea una atmósfera donde las reglas de incertidumbre prevalecen. De hecho, la incertidumbre es la esencia misma de la iniciativa empresarial. Los empresarios son cómodos existentes en ese espacio entre la idea prima y producto de éxito, y que tienden a prosperar en la gran tierra de en medio de la experimentación, revisión y pruebas.
La apertura a la experimentación. Una comodidad con la experimentación va más allá del ensayo y error educado. La capacidad de experimentar con los productos, los procesos y los resultados, no importa a donde los resultados nos pueden conducir, es el elemento clave de esta calidad. Es difícil de apreciar en su totalidad la cantidad de lo que llamamos "experimental", en realidad es bastante predecible. Cuando los resultados están bien dentro de la gama, es hora de pasar a la siguiente etapa. Pero para los empresarios que están trayendo algo nuevo y novedoso para el mercado, la experimentación puede ser verdaderamente experimental. La eliminación de las expectativas y dejar que los resultados caminen en direcciones completamente nuevas es el atributo que marca una mentalidad verdaderamente emprendedora.
Humildad funcional. Los egos pueden destruir las mejores ideas. Los empresarios que están comprometidos con la solución de un problema de negocio o la reinvención de una exposición del producto o servicio deben contar con una humildad funcional. Ellos entienden que sus egos sólo son útiles en el movimiento hacia adelante la idea, no dictan los resultados o la lucha libre para que los resultados se ajusten a una idea preconcebida. Los mejores empresarios pueden constantemente generar y promover sus propias ideas, pero pensar y actuar colaborativamente los lleva a están firmemente centrado en soluciones.