Cuando desde la oficina particular informaron a Manlio Fabio Beltrones del triunfo de Ricardo Anaya en la interna para suceder al inoperante Gustavo Madero en la silla de dirigente nacional del PAN, debió haber esbozado una sonrisa que lo acompañará a su registro este lunes como candidato único a la presidencia nacional priista.
El sonorense será el más añoso de los nuevos presidentes de las tres principales fuerzas políticas en México, comparado con los perfiles de Anaya Cortés que este domingo resultó en inobjetable triunfador frente a su adversario, el chihuahuense Javier Corral Jurado.
Al joven maravilla (así se le dice en el argot), virtual presidente panista en el país, casi le dobla la edad (Ricardo Anaya nació en Querétaro hace 36 años) este viejo lobo de la política que ha visto pasar dos veces la alternancia política en México sin haber pronunciado una sola expresión de descalificación que viniera de la entraña.
Beltrones Rivera nació en su natal Sonora el 30 de agosto de 1952, hace 63 años y su biografía es tan amplia como discutible. 
Ha sido uno de los mitos vivientes en la esfera política nacional desde los tiempos del salinato (1988-1994) y a quien se le ha considerado un factor para la gobernabilidad del país en el sexenio del primer presidente panista, Vicente Fox, por ejemplo.
Ahora solo falta que el Partido de la Revolución Democrática dictamine cuál de las dos cartas más serias deberá tomar la conducción del partido que adolece de todos los hombres y mujeres fundadores, en lugar de Carlos Navarrete, pieza de ajedrez de la corriente dominante de Los Chuchos.
Fernando Belaunzarán es un político chilango con 40 años de edad cumplidos y ha sido un crítico abierto de un santón de la izquierda como Andrés Manuel López Obrador, una variable que podría ser factor que le reste fuerza a la hora decisoria si la intención es aliarse a Morena en 2018, año de la sucesión presidencial.
La otra opción es el guerrerense Armando Ríos Píter, el senador que declinó su candidatura al estado del que es originario cuando casi se daba por hecho como ganador de la elección del 7 de junio pasado. 
Beltrones Rivera lleva a uno 23 y 20 años de diferencia, de manera respectiva. Si la experiencia y mañas se midieran en una línea recta imaginaria los kilómetros andados por el priista son muchos con relación a los de los tres jóvenes liderazgos del PAN y del PRD. 
La política, han dicho sus estudiosos, se ejerce con método a partir de un conjunto de conocimientos y también de información privilegiada. Manlio Fabio Beltrones la tiene y sabe de la utilización de los ficheros que existen en las esferas del área de inteligencia del aparato de control, no necesariamente del gobierno federal.
Los primeros tropiezos de las nuevas dirigencias en ambos partidos que pretenden la coalición en las 22 gubernaturas en disputa en 2016 deberán ser los primeros síntomas del ejercicio de la política-política más allá del discurso con afanes de renovación que hemos escuchado. 
Esa podría ser la primera señal de la chamaqueda que les podría aplicar el más experimentado de la nueva camada de dirigentes partidistas que México está por ver para la disputa del poder que ya comenzó.