Las expresiones encontradas entre un grupo de universitarios la víspera, en el campus de la BUAP para hablar de la criminalización de los estudiantes, presumiblemente por el gobierno de Puebla, no hace sino confirmar que existe un ánimo altamente proclive a la polarización en un contexto particular.
Más allá de la vida académica y la actividad en los cubículos de los investigadores, la atención parece trasladarse a un ámbito exógenoa la propia Universidad Autónoma de Puebla: el activismo militante de grupos universitarios que se embarcaron en proyectos con siglas y colores partidistas en la víspera del relevo sexenal.
Este escenario no es ajeno al rector Alfonso Esparza Ortiz que deberá bordar fino en un momento decisivo para la vida universitaria. No es ocioso mantener presente los periodos difícilesen la vida de los universitarios del pasado cuando la carga ideológica acentuó las divisiones que no fueron fáciles de superar.
De la vida universitaria a la lucha armada había sido constante que llevó a los grupos de la derecha y de la izquierda confrontados a pagar altas cuotas de sangre que no solo no trajeron la pacificación, sino al contrario. La polarización impidió el avance de la actividad académica, a la vista de todos.
El rector de esa universidad que hoy es ejemplo de muchas de las instituciones análogas a la poblana debe tener claro que el momento que se avecina deberá requerir un fino olfato para poner en marcha una estrategia de enfriamiento de la efervescencia política que ya se observa en diversos campus.
Hay quien adelanta que consecuencia de ello, se trabaja en el relevo de al menos tres facultades en donde las autoridades han permitido que la fiebre por la militancia se haya colado por los resquicios de las aulas, lo que poneen riesgo el desarrollo de las actividades que supone el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Las acciones futuras deberán ser ejecutadas con la precisión de un relojero que busca la exactitud del orfebre. No es para menos pues al menos hay tres fuerzas políticas que ven en el ámbito universitario un apetitoso bocado para fortalecer sus proyectos en la víspera de la lucha que viene.
En primer término el grupo del gobernador Rafael Moreno Valle que claramente empuja la candidatura del presidente municipal Antonio Gali Fayad. No será fácil mantener fuera de los muros universitarios a operadores electorales identificados con el Partido Acción Nacional y otras organizaciones afines.
Y desde luego también se deberá evitar se inmiscuyan organizaciones identificadas con el Partido Revolucionario Institucionaly el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), sin que parezca se actúe para favorecer a un proyecto político en contienda.
El equilibrio como dogma de fe en la Buap para continuar con la construcción permanente de la calidad que se distingue en ese ámbito. De ese tamaño es el reto en estos días.
El dogma universitario
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