Populista como pocos, empeñado en mantenerse vigente en la arena pública, desordenado en el ejercicio del gasto como presidente municipal de San Martín Texmelucan entre 2008 y 2011 y perseguido por la Auditoría Superior del Estado, Noé Peñaloza Hernández encontró una frágil tabla de salvación en medio de la tempestad.
Para ello contó con el apoyo del cancerbero de los intereses del inquilino de Casa Puebla, Fernando Morales Martínez, fiel ejecutor de las instrucciones del grupo en el poder sumido en el creciente desprestigio.
Desesperado, el camaleónico exedil de Texmelucan que llegó a ese cargo bajo las siglas de Nueva Alianza y luego compitió para ser diputado federal por Movimiento Ciudadano deberá pagar una costosa factura a cambio de perdón y olvido.
Sentado frente al subsecretario de Gobierno escuchó la oferta que le permitirá librar la inhabilitación por 12 años para ocupar cargo alguno y evitar los 21 millones de pesos como multa, impuesta por las irregularidades encontradas en su gestión, que alcanzó los 80 millones de pesos. 
Sin amparo de por medio ni artilugio alguno, la llave para abrir la puerta del perdón llegó a cambio de apoyar la candidatura de Antonio Gali, impuso Morales Martínez narraron al reportero fuentes no solo bien acreditadas, sino además cercanas a una de las dos partes negociadoras.
La cuota será de 10 millones de pesos para apoyar la campaña del candidato oficial en 2016 y deberá poner a disposición la estructura electoral con la que cuenta el ex edil en la región de Texmelucan, que según los cálculos de la reunión, podría redituar en unos 30 mil votos.
La confirmación de esta reunión y los acuerdos que de ahí se desprendieron no hace sino poner en el plano de la verosimilitud las versiones de expresidentes municipales que han confiado en voz baja el impedimento encontrado para conseguir la aprobación de cuentas públicas.
Y le da sentido a la denuncia que públicamente hizo el ex diputado federal del PRI y aspirante a la candidatura al gobierno del estado, Enrique Doger Guerrero.
“Es triste y vergonzoso el papel que la Auditoría Superior del Estado (ASE), está jugando como un instrumento de presión para todos los presidentes municipales para obligarlos a hacer política a favor de Moreno Valle y su candidato, lo cual no solo es violatorio a la ley, sino contrario a cualquier acción democrática”, acusó Doger Guerrero el miércoles 4.
Peñaloza Hernández encarna la circunstancia que enfrentan no pocos ex ediles que han tenido que guardar silencio ante la amenaza que supone tener a un auditor como David Villanueva y el subsecretario Fernando Morales, dos figuras que no se detendrán para cumplir las instrucciones que llegan de Casa Puebla.