No hay nada más ridículo y absurdo que intentar ser “más papistas que el Papa” y, por desgracia, ese es el absurdo papel que juegan nuestras más altas autoridades impartidoras de justicia en el país; una justicia que, además de ser ciega es tarada, corrupta, convenenciera. Que tristeza.

Dime lector querido, a poco no es un absurdo monumental que liberen a asesinos confesos, a plagearios  y demás tipo de alimañas, porque los señores del Ministerio Público la regaron al hacer su chamba.

O sea que las personas que sufrieron el asesinato o el plagio de algún familiar o amigo tiene que sufrir, además de la perdida, la pena de ver como dejan en libertad a los criminales por la culpa de un inepto que vive como rey, gracias a los impuestos que el agraviado paga. En pocas palabras, el ejemplar castigo que sufrirá el inepto funcionario consiste en dejar en libertad absoluta al criminal… ¿Y los parientes y amigos del asesinado o el plagiado? Que se jodan,  porque lo importante, lo que está por encima de todos es la estupidez y la ceguera de nuestra “impoluta” justicia.

Acaso lo justo no sería que metieran al bote a los tramposos o indolentes burócratas que no han hecho su trabajo como debieran. Ahora, sin además de indolentes son ignorantes e incompetentes, ¿qué culpa tiene el pueblo de semejante aplicación de la ley.

Yo quisiera saber qué sentirían el juez o los jueces, si les plagiaran a sus hijos o, peor aun, que los asesinaran. ¿Dejarían en libertad a los asesinos porque el “ mal preparado”  Ministerio Público  no cumplió con su trabajo como debería.

Ahí dejo de tarea esta reflexión a nuestra pobre e invidente justicia mexica. 

No se vale, trabajar con este criterio no es laborar en pro de los derechos humanos, sino de la impunidad.  Es solapar la ineficiencia, la ineptitud y la incompetencia, además de huir de una responsabilidad que le corresponde a las altas esferas de la ley y la justicia.

Conste que tengo amigos que trabajan del lado de la ley y a favor de ella.