Ante una muy buena entrada que por poco llega al lleno, Pablo Hermoso de Mendoza se entendió bien con los hermosos ejemplares de “Rancho Seco”; pero los rejones de muerte que trajo, que parecían de madera de palo de árbol no le ayudaron: un rejón caído y trasero a su primer toro que se amorcilló, y el estelles baja del caballo para descabellar, la gente le pide que “noooo” ante la posibilidad de perder trofeos; Pablo intenta, pincha y al segundo rueda “Huerfanito”.

En su segundo “Triquiñelas” el caballero en plaza luce con todos sus recursos hípicos y artes del rejoneo; pincha con la hoja de peral, que reitero parecía sin filo y apenas penetra, nuevo intento, para que el burel caiga con tardanza. Resulta importante señalar que el Reglamento en vigor en la hoy CDMEX señala necesariamente clavar o intentar clavar dos rejones de muerte y el correspondiente del estado de Tlaxcala NO señala nada al respecto, digo por los que algo de esto criticaron…sin saber lo que andan diciendo.

Y aquí vale el relato que pone nombre a esta columna: toreando Hermoso de Mendoza recién en La México, le entrevista de manera inoportuna como bien sabe hacerlo el señor Yarza y ante una buena, muy buena actuación del caballo “Berlín”, negro de capa y que el rejoneador utiliza para banderillas donde el caballo luce mucho con un gran sello propio; de origen luso-alemán, hijo del semental “Gallo” y de una yegua hannoveriana, de ahí el nombre alemán de “Berlín”, pues, entusiasmado le felicita el “simpático” Carlitos y le dice: ¡Que toreo de maravilla, toreo mágico!...Por algo el caballo hace honor a su nombre “Merlín”. A, lo que Pablo hace cara de ¿Whaaaaat? Él sí recuerda que Merlín es un mago del siglo Vl de origen galo.

Los que sí anduvieron certeros con el acero fueron José Luis Angelino y Gerardo Rivera, en corrida Mixta por ser éste, prometedor novillero que cortó 3 orejas 3, anda Gerardo matando con mucha certeza y verdad; y Angelino, dos, con vuelta al ruedo. Por cierto que cuando alguien me cuestionó la primera oreja de Rivera, le comenté, aunque no acostumbro hacerlo, que Rivera era aún novillero y que, ese, su primer toro de la tarde pesó 480 kilos, cuando el Reglamento del Estado de Tlaxcala especifica 300 kilos para novillada, y que ese toro estaba mucho más hecho que la mayoría de la recién terminada temporada grande en México…él cuestionador…se dio la media vuelta… 

Por otro lado, nuevamente crespones de luto en la fiesta por la muerte de don José Julián Llaguno, uno de los últimos grandes viejos de la fiesta, ganadero de prosapia y abolengo…Muere a los 90 años de edad cumplidos, quien con su sonrisa de hombre sencillo, sabio en el conocimiento de la cría de reses bravas puso siempre todo su empeño por llevar a lo más alto los colores de su divisa: Rosa, Verde y Amarillo.

Para este sábado, día 5, en la misma plaza de Apizaco segundo festejo de la feria que ahí se celebra de ese, que siendo activo y muy movido centro ferrocarrilero se transformó en ciudad, habiendo cumplido 150 años de su fundación; motivo de estos festejos.  Este segundo festejo, con 7 Novillos Toros 7, que más parecen lo segundo que lo primero, verdaderos cromos en cárdeno claro para ser lidiados por Gerardo Sánchez, Santiago Romero, Gerardo Sánchez, Eduardo Domínguez, Fermín de la Cruz, Fernando Carrillo, Alan Corona y Ulises Sánchez los seis de por el rumbo.

 

PIES DE FOTOS

1.-  Don José Julián Llaguno dejó esta semana por siempre el campo bravo que tanto quiso y amo.

2.- Un toro de verdad toro se zumbó Gerardo Rivera; “150 años” Negro entrepelado, núm. 137 con 480 kilos.

3.- Así fueron a los caballos los “ranchosecos” metiendo abajo la cabeza y empujando…

4.- Empujando fuerte hasta provocar más de tres espectaculares tumbos.

5.- “Berlín” en acción; caballo luso- hannoveriano, negro de capa, que el rejoneador utiliza en el tercio de banderillas.