Cuando hayan pasado 72 horas del último informe de labores del sexenio, efectuado con bombo, platillo y serpentinas en la plancha de la planta Audi en San José Chiapa, Rafael Moreno Valle dejará Casa Puebla.
Fuentes de primera línea confirmaron al reportero que la fecha está fijada para el 18 de enero, cuando el inquilino de la casona de la zona de Los Fuertes abandone ese inmueble, símbolo del poder omnipresente de un sistema político caduco, abusivo y prepotente, que el primer gobernador de alternancia en Puebla fue incapaz de desmantelar.
Podría ser un detalle nimio que un gobernador haya fijado la fecha de su mudanza de la casa gubernamental. Sin embargo, no lo es, pues los últimos días de mandato de un político que alcanza el más alto cargo público está lleno de simbolismos. El de Moreno Valle no es la excepción.
Es cierto que para el día de su sexto informe de labores está prevista una “marcha de l@s agravi@dos e indign@dos”, como se autodefinen quienes convocan a la concentración para la realización de un “contra informe ciudadano”, con temas que contempla un evidente corte de caja sexenal: derechos humanos, división de poderes, estado de derecho y gobernabilidad, educación, campo, medio ambiente, pueblos indígenas, proyectos de muerte, economía y política social, transparencia y rendición de cuentas y cultura…
Sin embargo en un sistema político como el que vivimos, con una persona en la que se deposita toda decisión discrecional, sin contrapesos y en el que se ejerce a voluntad la dirección unipersonal de todo un aparato que abarca el sistema de justicia, al Poder Legislativo y todo órgano que debiera ser manejado por ciudadanos libres, el menaje de Casa Puebla es el símbolo más cierto del ocaso del poder absoluto de un personaje obstinado.
El 21 de noviembre en otra entrega de Parabólica, el reportero escribió que “fin de un ciclo sexenal, el reloj marcó el tiempo del fin para abrir la puerta del periodo sucesorio en Casa Puebla, símbolo del poder político que se va junto con el menaje de casa.
Cita impostergable de todos los mandatarios que ha tenido nuestro estado, no podía ser la excepción con Rafael Moreno Valle, el primer gobernador de la alternancia política que ha tenido el territorio, para bien o para mal”.
Y también que “no será el destino final la casona de la calle San Ángel número 14 en el Club de Golf, Las Fuentes, el selecto barrio de un segmento de la clase política poblana y pudiente. Ese mismo sitio que de acuerdo con versiones de prensa, fue remodelado en 2012 para dar una visión diferente.
El proyecto presidencial, o el autoexilio. A saber. Para ello ya está dispuesto un inmueble en la Ciudad de México, allá en Lomas de Chapultepec, el lugar que todo político en ascenso que se precie, debe disponer”.