El excoordinador de la campaña de Blanca Alcalá en 2016, Alejandro Armenta Mier tiene en su hoja de ruta mantener una crítica frontal a la dirigencia de su partido y, según sus propias palabras, llegar hasta donde tenga que hacerlo para convertirse en un factor de poder real de cara a la elección de 2018, en la que se disputa la presidencia, pero también la gubernatura.
En esa lógica es que diseñó la estrategia que incluye el Frente Amplio Puebla Nos Une, cuya presentación formal será el próximo domingo, cuando en el centro histórico de Puebla lo ofrezca con el respaldo de un grupo notable de ONG´s, lo que le ha valido severos cuestionamientos y descalificaciones de parte de columnistas y una corriente de opinión.
No le perdonan su postura política dentro del PRI, dominado por una clase acomodaticia y convenenciera, entregada a los intereses económicos que sólo producen los pactos en lo oscuro con los corruptores del sistema, sin capacidad para cuestionar o señalar los yerros de la administración pasada.
Está convencido de que en 2016 hubo un gran acuerdo entre el circulo de poder nacional con el grupo del exgobernador Rafael Moreno Valle para doblar a la candidata Blanca Alcalá, la abanderada perdedora.
Es el “correo del zar” me dijo este lunes en una entrevista televisiva para ParabolicaEnRed transmitida a través de Facebook/Live y YouTube para hablar de sus inquietudes como militante insumiso y de sus reuniones con Eduardo Rivera Pérez, el panista claramente identificado como el rival a vencer en la interna de ese partido para elegir a quien hará campaña en el relevo de ese año.
Por lo pronto, este diputado rebelde consiguió sembrar en la agenda de lunes la alianza que amarró con el exedil de la capital poblana, sometido al bombardeo mediático de la burbuja morenovallista, empeñada en sacarlo de la jugada, como él mismo lo subrayó a lo largo del video colocado en su muro de Facebook en las primeras horas del lunes.
Armenta Mier trae un cronómetro en mano que le permite medir el tiempo para poder ser competitivo. No es metáfora de una aspiración obvia.
La imagen que subió a sus redes sociales en el curso de la mañana prendió como yerba seca en verano. Prácticamente no hubo medio local que no retomara la escena en la que aparece el expresidente del PRI en 2010 con el expresidente del PAN en 2004 en el domicilio particular del segundo, como testimonio de una larga reunión la noche del domingo 12.
Nadie puede apostar porque esa imagen reproducida en distintas plataformas noticiosas en las últimas horas no se convierta en la premonición del futuro que ambos personajes buscan a través de sus respectivos proyectos.
No es un secreto que Armenta Mier y Rivera Pérez, desde sus respectivas trincheras y cada uno, con su propio capital quieren aparecer en la boleta para gobernador. Antes de que eso suceda, ambos deberán vencer las resistencias de un establishment poderoso, pero retrógrado que en buen español se le conoce como el prian. Ambos deben saberlo.