Las posiciones se endurecen, se radicalizan. La amenaza abierta domina la escena pública. La víspera del comienzo del Foro Estatal en Defensa del Agua que organiza el presidente municipal de San Pedro Cholula, este miércoles en el Complejo Cultural de esa ciudad milenaria, la radicalización parece consigna.

Como heraldo de la tormenta política que se cierne sobre el territorio, el diputado local por Acción Nacional, Jorge Aguilar Chedraui, endureció aún más el discurso desde su posición como integrante de un grupo dominante que se resiste a dejar el escenario, tras la salida de su jefe, el exgobernador Rafael Moreno Valle.

Esa condición que encarna quien es al mismo tiempo coordinador de la bancada panista, resulta inadvertida y perniciosa en un sujeto que apenas salió a la vida pública después de un largo periodo meritocrático, desde que hizo carrera en el PRI y luego en el PAN, a la sombra del exmandatario.

Lo suyo ha sido, desde que alcanzó cargo como delegado del ISSSTE, la obediencia ciega, más que la tarea fina en el argot político. De ahí la rudeza con la cual suele expresar lo que en la mayoría de las veces queda en intento de ideas desde la tribuna, o en las entrevistas improvisadas.

La consigna “sobre su cabeza si hay algún incidente lamentable” resulta una amenaza abierta a un actor político en medio de un debate por una diferencia de perspectiva respecto del uso de un derecho humano, como el acceso al agua.

Por eso resulta peligroso el anticipo que la víspera formuló como integrante de un poder distinto contra un presidente municipal. Espinosa Torres puede no ser de la simpatía de muchos y hasta chocante en algunos planteamientos, pero resulta un gobernante que llegó al cargo por el voto del pueblo que preside.

El presidente de la Junta de Coordinación Política en el Congreso descalifica una práctica que debiera ser sana costumbre en un recinto diseñado para el debate abierto y el intercambio de opiniones, como el ámbito legislativo. En lugar de ello, desdeña y condena con el dedo flamígero que le concede su posición, en la plutocracia que nació en 2010.

El surgimiento de la violencia en microcosmos como son los pueblos de la provincia mexicana es un riesgo desde la construcción de la idea de nación, con la llegada de los colonizadores y luego con la conducta rapaz de los gobiernos que han concesionado bienes públicos a empresas sin escrúpulos que solo operan en función de intereses económicos.

Leer un poco de historia entre nuestra clase política no le hace mal y ayuda a comprender que debatir sobre una ley que despierta sospechas es más sano que responsabilizar de un proceso desestabilizador, como el que advierte Aguilar Chedraui.

A menos que el diputado tenga información de futuros actos violentos, en cuyo caso, podrían ser sembrados para justificar la satanización del edil cholulteca.