El gobierno de los Estados Unidos decidió desclasificar 2 mil 800 documentos que echan luz sobre la línea de tiempo de uno de los magnicidios que marcaron a toda una generación y que ahondó a universal la crisis geopolítica en plena Guerra Fría: la muerte de John Fitzgerald Kennedy a manos de Lee Harvey Oswald.
Los informes desclasificados por el gobierno de Donald Trump permitieron ver desde otra dimensión a un hombre que en México y Cuba se le consideró como toda una leyenda del sistema de inteligencia y la política, como Fernando Gutiérrez Barrios, el último policía político que tuvo el país.
Fichas subidas a las redes sociales por la periodista Dulce Ramos (@WikiRamos) acerca del paso por México del asesino de Kennedy dos meses antes del atentado en Texas, en septiembre de 1963, establecen que la Agencia Central de Inteligencia ordenó a Gutiérrez Barrios interrogar a una mujer de nombre Silvia Durán, asistente de un cónsul ruso.
Aunque la prensa europea como El País consideró que la divulgación de los documentos por parte de la Casa Blanca es un conjunto de ‘chatarra informativa, memoriales desfasados y gastos de informes dispares’ la clave está en la micro historia del relato de ese pasaje histórico.
Gutiérrez Barrios fue un hombre del sistema sobre quien se erigió un mito como el más eficaz operador de los sótanos de la política en la segunda mitad del siglo pasado.
Fue capaz de detectar a un grupo de guerrilleros cubanos que hacían prácticas militares por el rumbo de Iztapalapa en 1956. Era el naciente movimiento encabezado por Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, los líderes emblemáticos de la Revolución Cubana que luego se supo, habían recibido apoyo del propio Gutiérrez Barrios para zarpar desde Tuxpan, en Veracruz a bordo del Granma para derrocar al dictador Fulgencio Batista.
Cuando la matanza de la Plaza de las Tres Culturas, en 1968, estaba al frente de la Dirección Federal de Seguridad. Fue el periodo en el que se había alimentado con más fuerza la narrativa de la influencia comunista en el activismo estudiantil.
Sorprende conocer que el interrogatorio de este amigo de la Revolución Cubana a Silvia Durán, ordenado por la CIA, pues confirma la teoría que sostiene en sus páginas editoriales el diario El País: Estados Unidos tenía en Latinoamérica su patio trasero.
Dos pupilos de este policía político fallecido en el año 2000 siguen vigentes y acaso tengan más datos sobre la controvertida actividad de inteligencia y política de una capitán del Ejército que llegó a ser Gobernador de Veracruz y luego secretario de Gobernación: Dante Delgado Rannauro, líder del Movimiento Ciudadano y Manlio Fabio Beltrones.
El primero fue secretario General de Gobierno en Xalapa; el segundo subsecretario en el viejo Palacio de Covián. Una cosa es segura, no hay mito que no caiga con el paso del tiempo ese es el aprendizaje tras la nueva revelación de Washington.