Si los panistas ortodoxos suponen que con Martha Erika Alonso y Eduardo Rivera en la fórmula para competir por el gobierno del estado y la presidencia municipal de la capital todo será miel sobre hojuelas, como anunció la mañana de martes el CEN, están equivocados.
El clima de entendimiento que observa la dirigencia nacional de ese partido tiene otro rostro desde las regiones en el estado en donde lo que domina es la exclusión y poca partición de parte del grupo dominante. Pruebas de ello abundan en todo los rincones de la geografía, pero sobresalen en municipios de mayor dimensión política y administrativa.
Un caso ejemplar es el de Tehuacán, una de las demarcaciones más destacas del estado por razones diversas: densidad poblacional, pujanza económica y liderazgos políticos en todos los partidos, pero sobre todo en Acción Nacional.
La presencia de Rafael Moreno Valle, a punto de convertirse en un factor de división, impulsa a un grupo de personajes que han hecho política en otros partidos como el PRI, Nueva Alianza y el PRD, menos en el PAN.
Curiosamente han sido excluidos perfiles con mayor arraigo y aprecio entre la militancia de Tehuacán, como el empresario Rubén Huitrón, cuya actividad ha abarcado organizaciones empresariales como Coparmex y Canacintra. Según se estima, tiene hasta ahora el apoyo del 35 por ciento del padrón de militantes, pero la dirigencia estatal le ha negado el derecho de incluirlo en las encuestas que se han realizado para elegir al candidato a presidente municipal.
Va contracorriente porque el grupo de Moreno Valle impulsa a externos como Luis Cobo, marido de una prima de Martha Erika Alonso, esposa de Moreno Valle y futura candidata al Ejecutivo estatal, pero carece de influencia en la militancia panista.
No es la única prioridad en ese lugar, pues entre sus preferencias también se encuentra Jacobo Aguilar Sánchez, cuya militancia en el PRI se extendió 18 años y luego se hizo candidato a diputado por el PRD, aunque su familia sigue en la nómina priista, como el caso de su hermano Abraham Aguilar Sánchez, regidor tricolor en ese lugar.
Otros personajes vinculados al ex mandatario también ostentan perfiles de dudosa reputación. El empresario radiofónico, René López Cárdenas, beneficiario del reparto de notarías al final del sexenio pasado o Lucio Rangel y Jesús Díaz González, adictos al morenovallismo, dueños de una fama poco grata en un partido que antes tuvo autoridad moral en el sistema político mexicano.
El empresario Rubén Huitrón está por dar testimonio en el Comité Ejecutivo Nacional de que la buena voluntad de los grupos en esta coyuntura es transitoria y fugaz. Rafael Moreno Valle va por todas las posiciones y con ellos borrar de la escena a quien no se haya plegado a sus intereses.
Es la historia que se repite sin fin y da cuenta del afán de exclusión permanente hacia el panismo poblano, como sucedió desde 2010 en el principio de la historia.