Fiel a su estilo, Elba Esther Gordillo Morales decidió regresar a la escena pública y la política en una fecha emblemática. La mujer que recién fue liberada de los delitos de delincuencia organizada, lavado de dinero y manejo de recursos de procedencia ilícita la veremos, otra vez, justo en el día de regreso a clases de los alumnos de educación básica en México este lunes 20.
Hábil para mandar mensajes cifrados, ajenos para la mayoría de la población, han tenido siempre destinatarios evidentes en las cúpulas del poder. Su abogado Marco Antonio del Toro dejó constancia de ello hace semana y media, en la madrugada.
En este país lleno de rarezas, esta mujer ha sabido sacar ventaja del sistema educativo nacional. Hasta de sus años de reclusión desde que llevada por el régimen de Enrique Peña Nieto, La Maestra como le dice el gremio magisterial, fraguó el apoyo al proyecto de Andrés Manuel López Obrador, en detrimento del priismo, en donde están sus orígenes.
Desde que fue impuesta por Carlos Salinas de Gortari en la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, en abril de 1989, no ha habido un sólo Presidente de México con quien no haya pactado beneficios propios disfrazados de logros sindicales.
Lo hizo con Ernesto Zedillo y fue clave para que Felipe Calderón, el presidente emanado de Acción Nacional consiguiera un discutible triunfo en las elecciones de 2006 y con ello la derrota de quien hoy es presidente electo.
El pago por los servicios sindicales fue la subsecretaría de Educación Básica para su yerno, Fernando González Sánchez, personaje que luego se hizo cargo de las redes sociales progresistas, desde donde trabajó para López Obrador de la coalición Juntos Haremos Historia.
Al nieto, René Fujiwara terminaron por obsequiarle una diputación sin más mérito que la herencia de sangre de la mujer que disponía del dinero del sindicato como patrimonio propio. Aviones privados, tiendas exclusivas en San Diego y condominios de lujo.
Muchos se preguntaron las razones por las que esta mujer terminó en la cárcel en febrero de 2013. Los más avanzados en la lectura de las entrelíneas del poder ubican el punto de ruptura en octubre de 2012.
No hay lugar para la improvisación ni la coincidencia entre lo que hace y decide. Desde que construyó el Partido Nueva Alianza, el brazo político del sindicato magisterial, usó la marca para apoyar candidaturas que hoy resultarían un verdadero escándalo.
Entre sus primeras decisiones fue coaligarse con otros partidos políticos para hacer candidatos a ex priistas como Miguel Ángel Yunes, en Veracruz y Rafael Moreno Valle, en Puebla.
Unos meses después vendría la guillotina: la cárcel, la indignación social por los excesos de una mujer que debió todo al maloso preferido de la clase política mexicana: el innombrable Carlos Salinas de Gortari.
La estrategia de Elba Esther Gordillo es clara: pretende regresar a la dirigencia magisterial. Por las buenas o por las malas, así lo ha hecho saber a través de cuentas de Facebook de la disidencia: Magisterio Despierta México en donde se muestra a una Elba Esther con el puño en alto y la leyenda “estamos más fuertes que nunca”.
El tiempo de los excesos, gastos millonarios y manejo de cuotas de miles de trabajadores de la educación no pueden esperar. La maestra terminará por dividir a la base sindical y ya trabaja en ello.