Este fin de semana se produjo un incendio en el área de maniobras de la bodega 1 de la empresa Génesis Tea Company S. A. de C.V., en el área industrial en San Jerónimo Caleras, en la privada 31 número 3.
Aunque el siniestrado pudo ser controlado y mantenido oculto al escrutinio de Protección Civil o Seguridad Pública, lo sucedido es apenas el asomo de la probable existencia de una decisión corporativa que linda con actividades delictivas y la probable infiltración de grupos delictivos en la industria.
Hace meses que el personal administrativo y operarios observan con inquietud una actividad poca usual en una empresa que se dedica al procesamiento y producción infusiones para una empresa de mayor dimensión como Tea Lagg’s, cuya sede se encuentra en Houston, Texas.
El ingreso permanente de personal que porta armas largas cargados de bidones llenos de combustible de dudosa procedencia comenzó a ser cada vez más recurrente.
Las imágenes compartidas a Parabólica no dejan lugar a duda, son bastante evidentes.
De las fotografías en poder del autor de la Parabólica destaca una en la que un sujeto vestido con pantalón y camisa de mezclilla lleva cruzada sobre la espalda un rifle R-15, una de las armas favoritas de grupos de delincuencia organizada.
Otro personaje de camisa a cuadros parece portar también un arma larga y ambos sostienen un flexómetro.
El contexto obliga pues este fin de semana que el Grupo de Coordinación Puebla Segura dijo haber puesto a disposición de una autoridad judicial a más de 900 personas dedicadas al robo de hidrocarburo, más de 3 mil 900 autos asegurados y casi 8 millones 500 mil litros de combustibles robados.
La incertidumbre y el temor del personal que labora en la planta fabril es latente pues hace una semana, el 12 de septiembre que ocurrió una enorme fuga de gas LP de un ducto de Petróleos Mexicanos, en la colonia Villa Frontera, que obligó al desalojo de casi 2 mil familias.
Lo ocurrido en Villa Frontera está a unos minutos de Génesis Tea Company, propiedad del empresario Javier González Guilbot.
El incendio que un grupo de trabajadores y vecinos de esta planta reportaron parece ser apenas una pequeña parte del problema, pues la sospecha de que el combustible que ingresa es producto del tráfico ilegal de las bandas dedicadas al huachicol se ha fortalecido con la presencia de gente armada.
De confirmarse la versión de que la actividad fabril de esta firma utiliza insumos provenientes de actividades delictivas, se estaría ante un escenario inédito en el que la industria formal, como ya sucede con amplios sectores del comercio informal, transporte de carga y pasajeros, financia sus actividades productivas con recursos provenientes de la delincuencia organizada.
Un nuevo reto para los esfuerzos del gobierno de Tony Gali, su secretario de Seguridad, Jesús Morales y, de los mandos federales entre quienes se encuentran la Marina Armada de México, Defensa Nacional y PGR.
La ecuación es sencilla: existe un sector empresarial de moral relajada, con relaciones políticas, influencia y recursos para la tramitación interminable de amparos y otros recursos legales.