Esta semana será conocida la convocatoria para la elección extraordinaria en Puebla tras el deceso de la gobernadora Martha Erika Alonso Hidalgo, el 24 de diciembre pasado.
Se trata en la práctica del primer juego democrático sin la presencia de Rafael Moreno Valle y sus operadores, desde que el fallecido senador compitió y ganó en julio de 2010, hace nueve años.
En elecciones de medio término y hasta en las que se eligieron presidentes auxiliares, como los que ayer fueron elegidos, tenían siempre el tufo tramposo de la injerencia de este conjunto de expertos en el arte de la alquimia y trampa en los comicios.
Muchos de los personajes que se llamaron operadores dejarán de manipular la voluntad ciudadana en favor o detrimento de algunos de los aspirantes en la contienda del verano de este año.
Sin la presencia de este grupo político la elección para elegir a un gobernador de tiempo completo resultará interesante.
Aunque el documento no ha sido redactado por completo, en la reunión que legisladores locales tuvieron en la Ciudad de México con la consejera Pamela San Martín, presidenta de la Comisión Temporal para el seguimiento de Procesos Electorales Locales 2018-2019 se manejaron dos fechas precisas.
La jornada electoral sucedería el 2 de junio y quien resulte ganador, protestará el cargo para agosto de este mismo año. Eso llevaría a una conclusión inmediata, que Guillermo Pacheco Pulido será gobernador interino por ocho meses.
La ausencia de los mapaches de los que se rodeó el ex mandatario y senador muerto con la caída del helicóptero junto a su esposa, la gobernadora, pasa por la exigencia desde el Consejo General del Instituto Nacional Electoral de renunciar a Dalhel Lara Gómez, a la Secretaría Ejecutiva del órgano electoral local.
Lara Gómez se había convertido en un elemento impresentable a la luz de las nuevas condiciones que ofrece el nuevo escenario. Una fuente presente en la reunión del viernes 25 confió en que deberán irse también los responsables del área jurídica y de organización.
En el Instituto Nacional Electoral tenían desde hace meses la convicción de que para hacer elecciones limpias de sospecha y tranza debían irse los alfiles del grupo político de Moreno Valle incrustados en la estructura del Organismo Público Local Electoral.
Y aunque sólo el Movimiento de Regeneración Nacional ha hecho pública la idea, ninguna de las fuerzas políticas en Puebla han hecho formal tal petición para que sea el INE quien organice los nuevos comicios. Sin consenso no hay viabilidad.
En Puebla cada vez está más cerca la oportunidad de elegir a un nuevo gobernador. Las condiciones políticas son distintas, habrá nuevos actores en la contienda sin la presencia ominosa de quién influyó con descaro en los procesos anteriores. Los resultados del nuevo juego democrático serán de pronóstico reservado.