Empeñado en encontrar quien se la pague y no quien se la hizo, el Partido Acción Nacional decidió cuestionar desde una posición legaloide y al amparo de la ley electoral vigente las razones por las cuales Parabólica.MX hizo publicar en su cuenta de Twitter @ParabolicaMEX un video de interés periodístico, el pasado 22 de mayo. 

En un plazo perentorio de 24 horas, el equipo editorial de Parabólica.MX debe responder un conjunto de preguntas formuladas por la Junta Local del Instituto Nacional Electoral por una queja del partido político que perdió la elección extraordinaria.

A través del citatorio cuyo número es corresponde al expediente JL/PE/PAN/JL/PUE/PEF/64/2019 recibido en la oficina de este medio se preguntó textual por ‘el objetivo y/o motivo’ de la publicación de un fragmento de lo expuesto por el coordinador de promoción del voto de Morena, Guillermo Aréchiga Santamaría en la sede de ese partido político.

La pregunta directa plasmada en el documento es impertinente por donde se le vea. Significa en la práctica una intromisión en el criterio editorial de un grupo de periodistas que se ha comprometido con la pluralidad política y social de la vida pública.

Significa además una abierta intimidación a la libre expresión consagrada en la Constitución Política de México, acción por cierto, tutelada por las leyes electorales vigentes.

No sólo es atentatoria de las libertades de expresión y de prensa, sino que ofrece un panorama desalentador por el desconocimiento de la dinámica de los medios en momentos en que la sociedad demanda información puntual respecto de la vida pública y procesos políticos como el que recientemente vivimos en Puebla.

Todavía más allá, Acción Nacional si ‘alguna persona contrató, solicitó y/o ordenó la referida publicación’ como si un acontecimiento periodístico y en tanto, de interés público, fuera moneda de uso corriente entre el medio y Aréchiga Santamaría, su candidato o la coalición Juntos Haremos Historia.

De miranda corta y sin conocimiento del contexto general, la dirigencia panista de Genoveva Huerta decidió dejar a un lado la cobertura que este medio realizó sobre la entrega de tarjetas de plástico en las oficinas de la delegación de la Secretaría de Bienestar, el 21 de mayo, y que según su criterio partidista buscaba influir en el voto ciudadano y del que también se deja constancia.

La clase política, ya lo sabemos, suele ver lo que a su interés conviene aunque en ello se sacrifique una dosis de verdad. Lo que vemos ahora es que Acción Nacional al cuestionar, la legitimidad del interés periodístico de los medios en la cobertura de la campaña política que ya terminó, busca recuperar algo de lo perdido frente a su militancia y simpatizantes: la legitimidad.

Una dosis de sentido común entre los políticos no estaría de más. La sociedad que no es estúpida lo agradecería y, por otra parte, así se evitaría hacer ridículos demenciales como el que ahora observamos.