Como nunca antes, ningún líder político había concentrado la atención pública con la omnipresencia de Andrés Manuel López Obrador, el eterno competidor por la Presidencia de México.
El lunes por la mañana, ningún espacio noticioso, medios impresos o digitales había escapado a la avalancha informativa generada por quien ha sido llamado el mesías tropical y el primer aniversario de su triunfo en las urnas.
Por la tarde el lleno total en el zócalo de la Ciudad de México ofreció un panorama diverso a la discusión desarrollada en redes sociales, polarizadas con propaganda en favor y en contra.
Muchos de los integrantes de la clase política local hicieron publicar fotos e imágenes de su participación en la megaconcentración en la plancha del corazón capitalino.
Algunos de ellos ni siquiera habrían imaginado estar ahí en el ritual celebrarorio, completos desconocidos y legos en las artes de la política, si no hubieran fichado para el cuadro de Juntos Haremos Historia.
La numeralia que rodea a López Obrador puede sorprender incluso a quienes han vaticinado el colapso del país a partir del triunfo del presidente, el 1 de julio de hace un año. Sólo por citar el más elemental de la estadística descomunal de un hombre cuya terquedad está fuera de toda duda.
Desde que se postuló al tabasqueño como candidato presidencial en 2006 y el triunfo de Felipe Calderón alentó la sospecha de un gran fraude fraguado desde el poder, han pasado más de 4 mil 380 días, mismos a los que López Obrador se dedicó de noche y de día a construir el proyecto nacional que ahora encabeza.
Ya en la Presidencia de México, AMLO sigue generando estadísticas que permiten entender porque domina la escena y dicta agenda, aun entre sus detractores, muchos de los cuales siguen sin poder articular una estrategia contundente.
Por lo menos hasta la semana pasada acumulaba unas 11 mil 600 horas de exposición a medios que resultan de las 145 mañaneras, bautizadas así a sus conferencias de prensa desde Palacio Nacional.
Diarios como El Universal, Milenio, Excélsior, El Financiero, El Economista o La Jornada han acumulado hasta 686 notas de primera plana, pero también domina en redes sociales: apenas hace dos semanas recibió el botón de oro por el más de 1 millón 200 mil suscriptores en YouTube.
Cómo ningún otro, a López, como lo llaman en forma despectiva sus críticos, muchos de los cuáles han formado parte de los sectores privilegiados por el sistema político impuesto por el PRI o el PAN, tiene más de 6.4 millones de seguidores en Facebook y el número de vistas de sus mañaneras suelen superar el medio millón de viewers, dice un estudio de SPIN-Taller de Comunicación Política.
La presidencia de López Obrador no podrá ser juzgada a partir del primero año del triunfo en las urnas, ni por los siete meses de comenzado el gobierno, pero si por haber aceptado esperpentos como Nayeli Salvatori, Cuauhtémoc Blanco, Sergio Mayer, Ernesto D’Alessio y otros tránsfugas de la política.
Hasta en eso, la estadística del tabasqueño sorprende y ofende.