El dirigente sindical en el ayuntamiento de Puebla, Gonzalo Juárez se empeña denodadamente en extender su permanencia del gremio, y no para defender a los trabajadores sindicalizados.
Mantenerse en el cargo al que llegó de la mano de Rafael Ruiz Cordero, ex secretario de Administración es vital para mantener un conjunto de privilegios que como empleado sindicalizados nunca pensó tener: cuotas sindicales de al menos mil 700 trabajadores; manejo discrecional de apoyos de la administración en turno; y moches que se han constituido en una caja chica sin revisión de nadie.
Como sucedía en el pasado, Gonzalo Juárez es antítesis de los principios de la Cuarta Transformación: no robar, no mentir y no traicionar. Voces de inconformidad desde dentro del gremio se multiplican.
Eso lo sabe el secretario general, por ello el intento desmedido por acomodarse en el grupo que está por tomar el poder. El lunes 1 de julio por ejemplo, se trasladó al Zócalo de la Ciudad de México para asistir al #AMLOFest con motivo del primer aniversario del triunfo en las urnas de Andrés Manuel López Obrador. Lo hizo en horario y día laboral, situación que nadie ha observado y ese privilegio debió haber salido de una sola oficina: la de Claudia Rivera, la presidenta municipal.
No todo es miel en la vida fácil de este líder difícil. Este lunes debió presentarse a una audiencia por una demanda laboral que un ex trabajador interpuso por incumplimiento de pago de emolumentos.
Candil de la calle, oscuridad de su casa decían las abuelas. Defensor de los derechos de los trabajadores terminó por ser denunciado ante la Junta Local, según el expediente que obra en poder del autor de la Parabólica.
No es el primer escándalo en el que se ha visto envuelto este nuevo ícono del sindicalismo charro. Audios revelan las condiciones en las que los trabajadores tienen que entregar sumas de dinero a cambio de mantener sus puestos de trabajo.
Se trata del cerebro del sindicato, Alejandro Gutiérrez Rosas, responsable de elaborar fichas de cada uno de los trabajadores para explotar sus necesidades. Sólo de ese tipo de moches Gonzalo Juárez, quien fue además candidato rival de Rivera Vivanco, se embolsa unos 60 mil pesos, libres de polvo y paja.
De los recursos que el gobierno de la ciudad destina al gremio para actividades culturales, deportivas y cívicas por más de 2.5 millones de pesos cada año, también hay usufructo patrimonial. Gonzalo Juárez quiere ser dirigente sindical para mantener todos esos privilegios de los que nunca pensó poder tener.