Tan benévola ha sido la Cuarta Transformación que no sólo ha permitido que mujeres y hombres libres de la izquierda auténtica en Puebla hayan tenido por fin acceso al diseño e implementación de políticas públicas en la ciudad de Puebla y en el estado.
Quienes acusan que la incorporación de funcionarios de diverso nivel se ha dado en función de la afinidad ideológica o por su trayectoria de los llamados movimientos progresistas, están completamente equivocados.
Ejemplos trascienden y desestimas las versiones que sugieren la idea de la exclusión en el proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador desde que junto con un grupo de candidatos sin experiencia en la esfera electoral obtuvieron los más inopinados cargos de elección popular en la elección de 2018.
Ahí está el caso de Claudia Rivera Vivanco, presidenta municipal de la capital que ha tenido que incorporar a diversos personajes que encontraron en el proyecto de la #4T una forma de extender proyectos personales, no obstante arrastra una larga y discutible trayectoria en el ámbito empresarial que los convertiría en perfiles impresentables para un gobierno que busca convertir a la capital en una ciudad incluyente.
Nombres y apellidos imposibles de conocer en el ámbito público si no fuera por la mala entraña que atenta contra la mujer en general y qué transita en sentido inverso al espíritu de la política de inclusión manifestada de manera insistente por la presidenta municipal.
Ahí está un tal Denian Francisco Escobedo Barajas quien como representante legal de la empresa Tecnitrions SA de CV dejó cuentas por pagar en detrimento de proveedores que han reclamado el saldo de deudas de diverso monto. Destaca particularmente una mujer empresaria a quien se ha negado siquiera a recibir.
¿Acaso no es una forma de corrupción la contratación o compra de servicio para luego desentenderse?
No obstante ese antecedente, Escobedo Barajas presume formar parte de la burbuja de la presidenta municipal.
Es el mismo que el periodista Marco Aurelio Mirón exhibió en el Sol de Puebla en marzo pasado por las grillas palaciegas que desató el Director de Inteligencia de Mercados, autor de filtrar información en detrimento del titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, Eduardo Peniche García.
Vueltas del destino: no contaba el ahora inaccesible funcionario de la Cuarta Transformación en el municipio que una de las empresarias a quien se negó a pagar sí llegó a las altas esferas del poder en Puebla, en donde ya tomaron nota del caso.
Denian Francisco Escobedo Barajas está en la mira. Anotarlo en la agenda será preciso pues llegado el momento bien valdrá recordar que la #4T puede ser incluyente, pero tampoco perdona el abuso, la prepotencia y la mala reputación.
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En el sótano...
Una de policías y ladrones. El domingo 15 de septiembre, en la noche, un comando armado de al menos diez personas ingresaron a una bodega de un refresco de cola que se ubica en la zona limítrofe Puebla-Tlaxcala.
En grupos de cuatro sometieron al personal de guardia y dos más se mantuvieron en calidad de halcones en las afueras el inmueble, mientras se cometía el atraco.
Cabe decir que alguien del interior dio el pitazo de que la cuenta de la venta de Big Cola no había sido recogida por la empresa de transporte de valores Cometra.
Esta es la segunda ocasión que el crimen golpea a esa empresa y como dice el clásico: “nadie hace nada.”