En la guerra declarativa del diputado autonombrado obradorista José Juan Espinosa terminó con hacer mancuerna con el adversario de la Cuarta Transformación en el Congreso de Puebla, Oswaldo Jiménez del Partido Acción Nacional.
Temprano ofreció una rueda de prensa el legislador del Partido del Trabajo para volver al papel que tan bien le queda, el de la victimización y arremetió contra su compañero de bancada, Gabriel Biestro Medinilla cuando soltó la sospecha del atentado detrás de la caída del helicóptero, que terminó con la vida de Martha Erika Alonso Hidalgo, la gobernador; de Rafael Moreno Valle, el coordinador de senadores panistas; la tripulación y un asistente.
“Gabriel Biestro ha venido intentando callarme, de ponerme un bozal; afortunadamente yo no uso helicópteros”, soltó frente a los medios unos minutos antes de que el panista Jiménez pronunciara desde la tribuna una hipótesis similar.
En el contexto de la discusión para echar abajo la llamada #LeyBala impulsada por el gobierno del panista Moreno Valle, Oswaldo Jiménez soltó: “asesinos son quienes tiran helicópteros”.
En un sector del panismo local no se ha despejado la sospecha de que detrás de la caída del aparato en el que viajaba la pareja panista hubo un complot político. No es nuevo el señalamiento desde ese grupo panista en contra del gobernador Miguel Barbosa y sus cercanos.
Lo que no había sucedido desde la fatídica tarde del 24 de diciembre cuando cayó el aparato Augusta en la zona de Coronango, es que un legislador afín al lópezobradorismo reforzara esa hipótesis, acuñada entre quienes se asumen como huérfanos tras el deceso de la gobernadora y su consorte.
La incontinencia verbal de Espinosa Torres impidió ver el contexto general en el que soltó la acusación velada: Andrés Manuel López Obrador había hablado el tema del helicóptero caído en Puebla en su mañanera habitual en Palacio Nacional.
Forzado por una investigación de Milenio Diario que desvela la existencia de incongruencias institucionales sobre la inexistencia de un peritaje sobre uso de explosivos en la caída del helicóptero, volvió al tema con el que ha debido cagar la #4T.
Detrás de las palabras, el mensaje entrelíneas es que nada hay que esconder en el fatídico día de Navidad de 2018 porque nada hay que temer.
En la aldea, empeñado en su discurso incendiario, el legislador local pasó por alto el contexto general y lanzó el mensaje de ignominia que bien podría servir de acicate entre la oposición para alimentar la especia de un atentado desde la Cuarta Transformación para hacerse del poder en Puebla.
Por sus palabras habrá que juzgar a este locuaz diputado empeñado en mantener una guerra sin cuartel contra sus compañeros de aventura política.