Félix, el único único gato, protagonizó otra historieta que no fue nada cómica. Ayer llegó a la Comisión Estatal de Derechos Humanos doña Elia Tamayo y una comitiva. La madre del menor muerto en Chalchihuapan pedía entrevistarse con el recién nombrado ombudsman pero el titular de la CEDH estaba en alguna reunión y de primera instancia se negó a recibirla.

La negativa de Félix Cerezo para recibir a doña Elia sorprendió, principalmente porque contradice el discurso de la Cuarta Transformación que busca reabrir el caso Chalchihuapan y también porque fue el propio Cerezo Vélez quien aseguró que a diferencia de la administración de López Badillo, la suya sí atendería los reclamos y las quejas.

Es obvio que algunos de los acompañantes de Elia Tamayo sólo buscaron sacar raja política del caso; sin embargo, con los hechos de ayer también podemos insistir en que Félix Cerezo no fue el mejor perfil para presidir la CEDH.

Al final, Félix Cerezo bajó a entrevistarse con la madre de José Luis Tlehuatlie, pero accedió a ello hasta después de que parte de la comitiva le gritó desde el patio del edificio de la 5 poniente.

¿Había necesidad de llegar a tanto?

Los benditos permisos

Las obras para la instalación de la réplica de la Capilla Sixtina en el Centro Histórico fueron suspendidas algunas horas por el INAH, después de que se diera a conocer esta información, en un raro, confuso y escueto comunicado, nos enteramos que la sanción fue porque “no se completó el expediente del montaje”.

Casi al cierre de esta edición, los sellos fueron retirados y las obras podrán continuar, ahora habrá que preguntarnos porque insisten en pasarse la ley por el Arco del Triunfo, tal vez estén convencidos que es más fácil pedir perdón que permiso.

La soledad y los complejos de dos diputados

Después de mucho tiempo en que tratamos de entender la actitud de dos diputados que se caracterizan por su bravuconería, ayer alguien me recordaba la explicación que hubiera dado el maestro José Luis Ibarra Mazari: “Entiéndelos mano, son personas solas y con muchos complejos”.

Ibarra Mazari a quien perdimos hace casi 15 años y que en sus últimos días escribió su columna El Balcón en las páginas de éste diario, decía “pobrecitos, esa gente muestra su soledad y quiere que los vean, no quieren que los ignoren, por eso le ponen grandes bocinas para decir aquí estoy”, y después daba la explicación de los complejos.

Como en cada sesión aún en temas que deberían aprobarse sin discusión, Héctor Alonso, así como José Juan Espinosa suben a la tribuna con volumen abierto para que la gente los vea, temen que los ignoren, que nadie se fije más en ellos.

Ayer lo hicieron nuevamente para retrasar la sesión e impedir que se llegara a la discusión de los temas 9 y 10 del orden del día que eran las reformas al código fiscal.

En cada sesión se pierde más de una hora por la toma de la tribuna que hacen, tiempo que les cuesta a los poblanos que pagan su dieta.

Vaya nosotros no tenemos la culpa de los complejos que les genera su soledad. Bueno al menos ya tenemos una explicación de su actuar.