La modernización del transporte público será una realidad a medias este 13 de febrero, una vez que haya concluido el plazo establecido entre la autoridad y los prestadores de este servicio.
Aunque el esfuerzo del gobierno del estado ha estado centrado en ofrecer una solución equilibrada para no lesionar el bolsillo de los usuarios y evitar castigar en forma desmedida a los concesionarios, quien ha debido pagar con la peor parte es la administración de Miguel Barbosa, el gobernador.
Llenos de artificiosos mecanismos para evadir responsabilidades, líderes de concesionarios entre quienes sobresale Arturo El Sapo Loyola han contribuido en forma decidida al desgaste de la gestión gubernamental que apenas cruza los siete meses.
De ahí se han colgado todo tipo de detractores de Barbosa y su equipo de trabajo. Este miércoles por ejemplo al líder del Partido Acción Nacional subió a sus redes sociales un post en el que mantiene una línea crítica hacía los gobierno de Morena.
“Y después de cuatro meses de promesas de que las cosas iban a cambiar, el transporte público no más moderno no más seguro. Pero que tal! Eso sí le aumentaron 2.50 y con eso, nos dieron en la torre”.
El discurso combativo de la opinión bien porque abona al equilibrio indispensable en todo régimen democrático. Pero mentir con el afán de sacar ventaja es otra cosa.
Ocioso detenernos a preguntar sobre la última vez que Huerta abordó un camión de transporte público. El discurso de la oposición carece de inteligencia y exhibe con frecuencia las medias verdades del oportunismo.
Y es que por lo menos desde que el extinto Rafael Moreno Valle, tutor político de la panista, asumió el poder en 2011, había sido impensable obtener un aumento a la tarifa, por una conveniencia política.
Su aspiración presidencial no podía admitir la abolladura a su imagen con el pago de una factura política con un impopular aumento al costo del pasaje. Los panistas que claman por los intereses populares de hoy, fueron los mismos que convenientemente callaron ante los atropellaos sistemáticos del pasado.
La virulencia de hoy es exactamente proporcional al silencio del pasado, cuando al gremio de los concesionarios de transporte público fue obligado a disciplinarse por las malas y las peores.
Este jueves 13 sabremos todos sin lugar a duda, de qué está hecho el gobierno de la Cuarta Transformación frente a un gremio acostumbrado a la presión y la transa, con ese personaje que sirvió sin pudor al régimen del pasado, El Sapo Loyola.