A ver si me explico: “Yo si creo en el pueblo bueno”, pero los que son una bola de corruptos y criminales, son aquellos que dejaron sus raíces de “pueblo bueno” para convertirse en políticos o burócratas de medio pelo…

Obviamente, este ex “pueblo bueno, al llegar al poder, se convierte en un costal de rencores, odios y venganzas incontrolables. Sus complejos salen a flote y la venganza se adueña de aquel “ex pueblo bueno”, convirtiéndose en el peor enemigo de sus propias raíces.

En su supina ignorancia y afán de venganza se desbordan en la búsqueda del poder y el dinero pasando por encima de cualquiera con tal de mantenerse, en la gloria del lujo del “todo poderoso”, conseguido con la desgracia de ése “pueblo bueno” que fue su origen.

Desde luego que no ignoro las carencias, el dolor y las grandes injusticias que sufrieron cuando niños. En su inocencia seguramente padecieron, dolores y malos tratos al enfrentarse a la terrible necesidad de conseguir el sustento, entre otras muchas penas, pero, eso no disculpa, ni disculpará jamás, la venganza cruel y ostentosa en contra de un “pueblo bueno” que jamás le ha hecho daño y que, al contrario, creyó en él, y en las promesas que, algún  día le hiciera. Le creyeron todo, porque él, él, provenía del “pueblo bueno”.