La dirigente del Partido Acción Nacional, que recientemente propuso en Puebla una gran alianza electoral a líderes empresariales ubicados en el extremo derecho del tablero de la política, también está dispuesta a ir de la mano del diablo, no sólo con los sectores afines al conservadurismo clerical.
Corrían los últimos días de 2019 cuando la presidenta del Comité Directivo Estatal del panismo, Genoveva Huerta Villegas pidió establecer contacto con un personaje siniestro por quien en mayo de 2018 el gobierno de Veracruz ofreció 5 millones de pesos para su ubicación y eventual captura.
Se trataba de arreglar una reunión con el aún prófugo Roberto de los Santos de Jesús alias “El Bukanas”, un líder criminal dedicado al robo de combustible que surgió y consolidó su imperio en el periodo de gobierno de quien protegió y encumbró a Huerta Villegas para ser diputada federal y luego dirigente partidista.
Para llegar al Bukanas pidió los oficios de otro siniestro de la política en Acción Nacional, facilitador de los afanes de los Moreno Valle-Alonso Hidalgo en Tecamachalco y parte de El Triángulo Rojo, el ex presidente municipal, Inés Saturnino López Ponce quien en su periodo de gobierno lució por sus actos de misoginia y derroche de recursos.
El Bukanas y su grupo aparecen en el Atlas delincuencial que efectuó el gobierno de Puebla, entre quienes aparecen otros cabecillas igualmente surgidos al amparo de los gobiernos del pasado reciente, como Antonio Martínez Fuentes alias “El Toñín”; y Oscar Téllez, alias “El loco Téllez”.
Una testigo de la desmesurada petición alertó a finales de 2019 de la planeación y logística de un encuentro entre la dirigente del partido político que se asume como la oposición más robusta a la Cuarta Transformación y el líder huachicolero, señalado como objetivo prioritario en Veracruz y Puebla.
La historia la conoce un grupo de militantes de ese partido político, entre quienes se encuentran marginados y perseguidos por el morenovallismo. Se trata del ala panista que observa con inquietud el regreso de la perversión de Acción Nacional como ocurrió en el periodo de oprobio.
De la indignación han pasado a la acción debido a ese pasado en que probados líderes delincuenciales fueron protegidos y solapados en el régimen encabezado por el ex senador fallecido en diciembre de 2018.
Lo menos que han compartido con el autor de la Parabólica es su convicción de que la dirigente panista en turno tiene la intención de abrir la puerta a cabezas de grupos delictivos a cambio de dinero para financiar campañas a cambio de posiciones
Ese grupo de líderes de grupos panistas colocaron como ejemplo lo sucedido con la familia Valencia Ávila, vinculada a grupos criminales en Venustiano Carranza, a quienes no han podido echar de las filas de la militancia panista hasta donde arribaron justo en el periodo en que Genoveva Huerta llegó a la dirección partidista.
Todo ello mientras Marko Cortés, el dirigente nacional duerme apacible en su área de confort aún y que tres liderazgos como Ana Teresa Aranda, Rafael Micalco y Humberto “El Tigre” Aguilar Coronado, pidieron su intervención.