En julio de 2017 una familia poblana se registró en un edifico de lofts en Monterrey, Nuevo León, cuando encontró de pronto un panfleto impreso en color con la imagen de un sonriente Rafael Moreno Valle, impecable.

Era la versión de bolsillo del libro “La fuerza del cambio” de editorial Miguel Ángel Porrúa convertido en medio de propaganda para el aspirante a la presidencia y que descansaba entre un montón de revistas de escándalo y el corazón en un pequeño recibidor del complejo en esa ciudad.

Era la víspera de la definición en el Partido Acción Nacional para escoger candidato que en diciembre quedaría definida con el queretano Ricardo Anaya.

La estrategia de promoción del entonces gobernador inundaba al país con esa figura de sonrisa imperturbable y peinado inalterable, detrás de la cual estaba Marcelo García Almaguer, ex coordinador de Comunicación Social.

En el libro Dinero ilegal y elecciones, coordinado por el especialista Alejandro Guillén Reyes, el periodista Jorge Machuca recordó en el capítulo Cargada Mediática que Almaguer fue “el operador mediático que violó la ley para promover a su jefe político, pero no fue sancionado”.

No sólo eso. Junto a un grupo de diversos nombres y apellidos notables de la sociedad poblana contribuyó a construir una red que permitió colocar anuncios espectaculares en la zona metropolitana para acaparar el mercado.

Un nombre parece ser el punto de cruce de diversos perfiles en la trama: Sergio Riquelme Novoa, socio de Pedro Gómez, ex director del Sistema Estatal de Comunicaciones, pero al mismo tiempo cercano a Fernando Manzanilla, el ex secretario de Gobernación y del propio Marcelo García.

El mercado de los anuncios espectaculares pronto compitió con el de la publicidad radiofónica, televisiva y medios impresos. Visión SA de CV que se calcula llegó a poseer 140 anuncios en la Angelópolis podría haber tenido ingresos mensuales por más de 4 millones 200 mil pesos si la renta de cada una de sus estructuras tuviera un costo de 30 mil pesos cada mes, aunque las tarifas variaban en función del punto de exhibición.

Los detalles de esa jugosa utilidad la podría tener Vicente Santoyo... también vinculado con el diputado local que vive la orfandad política: Marcelo García.

Detrás de la inundación de basura propagandística en esos años estaba este adicto sin freno a ese grupo que vive sin el faro de luz que significó para cada uno de sus integrantes la distribución de dinero y negocios cultivados a la sombra de la impunidad.

No les va a caer bien (...) La industria (de la propaganda) va a sufrir un revés importante porque es un ingreso importante (...) las empresas grandes que tienen los espacios (pues) es el mejor momento para ellos (las campañas) van a tener que tomar un respiro”, dijo en una entrevista para Cambio de Página, el principal responsable de instrumentar,  además, las campañas negras de candidatos y candidatas que decidieron competir contra los que impulsó el grupo de Moreno Valle.

El dossier en los que se plasma los mecanismos del reparto de las estructuras metálicas, ubicación y los nombres es amplio. Aparecen dueños de estaciones de radio, periódicos de nuevo cuño, otros que han desaparecido de la escena pública.

Todos están en una lista sórdida: retrata el reparto millonario en un modelo de negocio convertido en botín de guerra de utilidades aún no cuantifícale.