La presencia de Andrés Manuel López Obrador en la Casa Blanca con un Donald Trump como inquilino marcará inexorablemente al mandatario mexicano, de cara a la comunidad de mexicanas y mexicanos radicados en ese país.

Algunos han considerado el gesto del Presidente de México como una bofetada la comunidad migrante estigmatizada como pocas veces en los últimos años por el republicano en el poder de ese país.

El tabasqueño está por perder el apoyo de una enorme comunidad que abrazó su causa para llegar a la silla presidencial desde la primera ocasión en que se convirtió en candidato en 2006.

Una propuesta electoral como la del tres veces candidato presidencial de la izquierda en México -2006, 2012 y 2018-, fue abrazada como propia por no pocos mexicanos que tuvieron que salir de sus comunidades ante el evidente fracaso de la política económica impuesta por el PRI y el PAN, y que no se diferenciaron mucho entre sí.

López Obrador, que se había caracterizado por poseer uno de los olfatos políticos más agudos para sortear las trampas de la actividad pública debe saberlo, sobre todo por el discurso que había mantenido frente al republicano.

Hay organizaciones de latinos que han dedicado tiempo para traer al presente esa retórica utilizada en el pasado, que condenaba el uso de estereotipos por un ‘deslenguado’ presidente estadounidense.

El documento que ya circula en las ciudades con el mayor número de migrantes mexicanos en ese país tampoco excluye la perspectiva electoral, pues en ese país habrá elecciones presidenciales en noviembre próximo para las que el propio Trump busca un nuevo mandato de cuatro años.

En el año 2016 en Torreón, Coahuila López Obrador había dicho que ‘En México hay muchas personas disfrazadas de Donald Trump como son el priista Carlos Salinas de Gortari y los panistas Diego Fernández de Cevallos y Vicente Fox, son lo mismo nada más que hipócritas, sólo que Trump es un deslenguado’.

En el libro ‘Oye Trump’, su ahora invitado escribe que ‘esto es lo que me parece más irresponsable del proceder del presidente Donald Trump: el usar el racismo y la xenofobia como propaganda’ y este martes estará ahí, con él.

El 12 de febrero de 2017 en una gira llamada contra de xenofobia en Estados Unidos, dijo López Obrador que iría a Estados Unidos ‘a crear un Frente Cívico en Defensa de los Migrantes, en contra de la xenofobia, es decir, fomentar el odio a los extranjeros, lo que están haciendo desde el gobierno de los Estados Unidos’.

Nada de eso olvida la comunidad mexicana radicada en ese país. Y es que si de algo dispone es de memoria, recurso irreemplazable para no perder de vista las razones por las que debió salir de sus comunidades y que son razón para alentar ese malestar interno convertido en estado general.

Miles de los integrantes de la comunidad migrante salieron de la mixteca poblana, pero la expulsión no es privativa de esa región, como tampoco lo es de nuestra entidad.

La frustración y enojo por un López Obrados postrado ante el déspota en la Casa Blanca es general. Mucho tiempo y retórica necesitará el presidente mexicano para reconciliarse con un segmento notable de su base social.