Dinero y política serán siempre pestilente binomio, evidente ante la mirada de la sociedad, pero inconfesable. Los fajos de billetes entregados a los asistentes de los senadores panistas en un edifico de Montes Urales o a Pío López Obrador en Chiapas no son los únicos, y no serán los últimos.

Quienes hacen política hacen dinero. De manera indebida suelen aprovechar cargo, fuero y relaciones para emprender negocios siempre al amparo del tráfico de influencias. Abusivos hasta la inmundicia.

En Puebla también tenemos lo nuestro. Es el caso del teórico de la felicidad, redactor de artículos llenos de lugares comunes y pragmatismo rampante. Diputado federal de día, conspiracionista de noche y agente promotor de riqueza indebida.

Detalles de sus movimientos los conocen, Francisco Ramos Montaño, aún adicto a los tufos del tránsfuga de grupos y partidos diversos hasta que cayó en la Cuarta Transformación; el otro, su alegre compadre, el diputado local Carlos Morales, ex edil de Huejotzingo.

 

Los tres llegaron a tramar desde el búnker instalado en el edificio Diana de la Avenida Juárez la gestión de un mayor número de estaciones expendedoras de gasolina. Video de esas encerronas no hay, pero testimonios de ello sí.

En la trama delirante por hacer negocio fácil con redituables beneficios, llegó a estar sobre la mesa una idea desaforada: instalar un casino en San Martín Texmelucan, feudo aún de otro aliado, Edgar Salomón Escorza, que resultó beneficiado con la dirección de una Universidad Tecnológica en el periodo morenovallista.

Texmelucan, todos lo saben, fue y sigue siendo un foco rojo en materia de inseguridad. Epicentro de una guerra cruenta entre bandas dedicadas a delitos diversos, ha dado escenas de horror por el número de ejecuciones y desmembramientos.

Tierra de huachicol y narco, Texmelucan sería una locación ideal para llevar un centro de juego que permitiera lavar dinero ilícito sin dar muchas explicaciones. Ley de oferta y demanda. Todo cuadra.

Morales, quien al mismo tiempo tiene a su nombre, junto con una mujer como presta nombres un número notable de gasolinerías, y Escorza, tienen relaciones con gente peligrosa que se ha expresado en favores mutuos.

El sindicato de políticos, negociantes y emprendedores de la cosa prohibida también incluye a personajes ligados con el inquilino de lo penal de Tepexi de Rodríguez. Un ex empleado de la firma Solución Total, de la que tanto se ha escrito. ¿Nada de eso sabía el teórico de la felicidad y del lugar común?

A la carta

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