Persisten herencias de Víctor Carrancá en la Fiscalía General del Estado, no obstante haber dejado el cargo en diciembre del año pasado en medio de un cúmulo se señalamientos por haber sido el garrote político del fallecido Rafael Moreno Valle.

Persiguió y encarceló a gente inocente por el sólo hecho de haberse opuesto a la forma de imponer decisiones en beneficio de un pequeño grupo que rodeaba al ex gobernador, fallecido en diciembre de 2018 junto a su esposa, Martha Erika Alonso Hidalgo.

En mayo de 2018 salió de la Fiscalía Anticorrupción Enrique Flota Ocampo, encargado por Carrancá de dar seguimiento al caso de feminicidio que terminó en juzgamiento por desaparición de persona en contra de Paulina Camargo cuando tenía cuatro meses de embarazo, hace cinco años.

Se fue para ser director del Instituto Oriente quien además es esposo de Alicia Llamas Martínez, también ex funcionaria de la FGE, como directora del Centro de Justicia para las Mujeres y hasta ahí todo era relativamente normal.

A la salida de este matrimonio, consentido hasta la ignominia por Carrancá, quedó al frente del Centro de Justicia para las Mujeres, en el barrio de Santiago, Mónica Lucía Barquera Serrano, una abogada habilidosa en ganar la confianza de sus superiores para encontrar espacios de decisión, primero en Tehuacán y ahora en la capital del estado.

Desde que asumió el cargo de encargada ha desatado una persecución en contra de sus subalternos sin que hasta el momento haya alguien en al edificio del bulevar 5 de Mayo que haga eco de sus demandas para frenar presiones que rayan en la violación a sus derechos humanos, laborales y condición de género.

Los maltratos en el centro que se dedica a atender a víctimas de violencia de género que mucho asemejan al tiempo de las haciendas porfirianas, cuando a peones y sirvientas se les impedía incluso salir de sus centros de trabajo cuando ya habían terminada largas y extenuantes jornadas de trabajo.

La encarada de ese lugar está dedicada al menosprecio, la discriminación y el acoso. Esta situación ha obligado a buscar audiencia más allá del despacho del Fiscal Gilberto Higuera, a quien saben imposible de acceder.

Asumen que es protegida por encargo de las herencias que había dejado Carrancá desde su partida.

Una copia de una pormenorizada bitácora del horror que viven día a día en ese edificio fue entregado al autor de la columna Parabólica.mx Están a la espera de entregarlo en las manos de quien atiende en Casa Aguayo. La paciencia se agotó, la presión es difícil de contener y la persecución es inadmisible.