En las últimas semanas dos exintegrantes del Consejo General del INE como Marco Baños y más recientemente, Leonardo Valdés han expresado motivaciones e inquietudes frente al proceso electoral de 2021. Un punto central ha sido la irresuelta pandemia motivada por el Covid-19 en momentos clave para el desarrollo del proceso, mismo en el que estarán en juego más de 20 mil cargos de elección popular.
El reto para los órganos electorales sometidos a una enorme presión para diseñar un plan logístico que permita evitar riesgos de contagio durante la preparación y desarrollo de la jornada, tienen encima otras que gravitan fuera del ámbito electoral como la inseguridad que no da tregua, la crisis económica estimulada por la pandemia, el activismo de cacicazgos locales… y el Presidente de México.
Valdés Zurita no le dio vueltas a la pregunta sobre las presiones a las que recurre Andrés Manuel López Obrador para conseguir sus propósitos, como resultó con el resultado de la sesión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el caso de la consulta popular para enjuiciar a expresidentes de la República en agosto de 2021.
“Un viejo conocedor de la política mexicana, don Jesús Reyes Heroles decía que en política lo que parece es”, dijo al columnista este estudioso de la ciencia política en una larga y amena conversación: Quizá el punto de quiebre no estará en el poder legislativo federal, sino estará en las 15 gubernaturas que se van a elegir el próximo año; tengo la impresión que eso es lo que más le preocupa al Presidente de la República. El quisiera que la mayoría de esos 15 gobernadores fuera de su coalición, respondió.
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— Intolerancia Diario (@IntoleranciaID) October 5, 2020
Contrario al cálculo político que sugiere como prioridad mantener la mayoría en el Congreso para tener mayor margen de maniobra, Valdés Zurita que fue presidente del Consejo General de 2008 a 2013, apuntó en otro sentido.
“… todos los presidentes, prefieren que su partido o coalición tenga mayoría en los órganos legislativos porque es más fácil gobernar, no obstante yo sí apelaría a la tradición que se fue construyendo en este país: la llegada del pluralismo después de la trágica elección de 1988, las reformas electorales, fortalecimiento de las oposiciones, alternancias, mostró que se puede gobernar aún en escenarios de gobiernos dividido”.
Un escenario parecido podría producirse en el territorio estatal en donde estarán en juego 217 presidencias municipales y las 41 curules en el Congreso del Estado, en donde en este momento la mayoría la ostenta el Movimiento Regeneración Nacional y sus aliados políticos. Tienen el gobierno y los municipios de mayor densidad geográfica y, en algunos casos, solvencia presupuestal. La ausencia de AMLO en la boleta es la gran interrogante.