La muerte, del senador por Morena, Joel Molina Ramírez, es un golpe durísimo para la 4T. Los morenistas no sólo perdieron a uno de los líderes que en tierra realizaba todas esas actividades que llaman promoción al voto; también evidenciaron que la necedad de cumplirle los caprichos al Presidente los lleva a suprimir las medidas de sanidad en plena pandemia.

El sábado, tras conocerse la trágica noticia, panistas y morenistas, se entramparon en acusaciones mutuas entre las que destacaron que la sesión del martes pasado, en la que se puso el último clavo del ataúd de los fideicomisos, se realizó en una sede alterna que carecía de ventilación, donde no se podía practicar la sana distancia, no se tomó la temperatura a los presentes y por más de 12 horas estuvieron encerrados.

López Obrador, faltaba más, no ha reconocido, ni lo hará, que haber presionado a los integrantes del Senado para que se votara la desaparición de más de una centena de fideicomisos fue una irresponsabilidad en estos días de repunte.

La subsecretaría de Hugo López-Gatell también quedó embarrada porque fue desde ahí donde salió firmado y sellado el oficio que aseguraba que se consideraba segura la sesión en la antigua Casona de Xicoténcatl.

Para cuando se dio lectura del oficio, la panista Guadalupe Saldaña, el morenista Joel Molina Ramírez y el senador por Movimiento Ciudadano José Alberto Galarza, se encontraban en la sesión. Días después de la votación, se confirmó que los tres dieron positivo a Covid.

En esa misma reunión se dio cita el senador por Puebla, Alejandro Armenta, quien tenía 10 días de haber sido diagnosticado como positivo y a quien en redes sociales le tundieron al señalarlo como irresponsable por asistir a un espacio cerrado cuando aún no se cumplía la cuarentena.

Aquí estamos ante la posible responsabilidad de AMLO de esos contagios que causaron la muerte del senador por Tlaxcala, también ante la insensatez de Ricardo Monreal quién ahora sí, ya consideró que podrían sesionar a distancia. Ambos políticos son responsables de esta ola de contagios y de las funestas consecuencias.

Atender la necedad y el capricho del Presidente para acabar con los fideicomisos y hacerse de casi 70 mil millones de pesos, terminaron con la posible comisión de un homicidio.

En tanto, las redes sociales fueron dilapidarías contra Alejandro Armenta, quien el sábado tuiteó que se apersonó en Tlaxcala junto con Ricardo Monreal, para “rendirle un homenaje a nuestro hermano, el senador Joel Molina, líder y luchador social de mil batallas”. 

Evidentemente no es un tema de intencionalidad, sino de irresponsabilidad. Pero la negligencia en un caso como este, puede ser causal de muchos contagios y hasta muertes, como quedó en evidencia.

Ahora la pregunta es: ¿Por qué les cuesta tanto trabajo entender a los cuatroteros que la irresponsabilidad ante la pandemia mata?

Sofismas de millones y millones

Ayer Iberdrola anunció una millonaria inversión por 300 millones de Euros, algo así como 7 mil 500 millones de pesos para construir su primera planta híbrida eólica y solar, en Australia.

La planta de Port Augusta abastecerá la demanda de energía de 180 mil hogares australianos, generará 200 puestos de trabajo y estará culminada en 2021, es decir el próximo año. 

Y mientras el mundo apuesta por energías limpias que no generen una huella de carbón tan dañina en el planeta, nuestro tlatoani salió a decir que no le importan las inversiones y que las energías renovables son “sofismas”.

Más allá de los sueños guajiros de López Obrador para revivir los tiempos de Venustiano Carranza o el general Lázaro Cárdenas, el presidente insiste en espantar a los inversores privados.

Con frases como “a mí no me paga Repsol” y “los únicos negocios que deben importar a los funcionarios son los negocios públicos”, lo único que reafirma es su necedad e ignorancia.

Por suerte, en contraposición a la postura retrógrada del gobierno federal, en Puebla, Miguel Barbosa a través de Rodrigo Osorio, Director General de la Agencia de Energía, tienen claro que los proyectos de energía eólica y solar son parte del futuro.

 

Espero estén a tiempo de evitar que las empresas que pusieron sus ojos en Puebla para crear los parques de energía solar y eólica, se queden en nuestro estado para generar energías limpias y de paso que se siga invirtiendo en la entidad.