No fue sino hasta el 26 de octubre que Don Adrián se iba a convertir en objetivo prioritario del gobierno de Puebla, en otro de la lista del Atlas delictivo de la Secretaría de Seguridad Pública.

Antes de esa fecha, César Adrián se coló en la sociedad, por lo menos política, de Tecamachalco, se codeó con ésta y la pasada administración municipal, incluso hay quienes le deben favores, aunque para estos momentos los deudores perdieron la memoria.

César Adrián es considerado El Capo del Huachicol, de Tecamachalco. Se ganó la "distinción", luego de que otro capo similar, apodado El Panes, fue ejecutado por el grupo enemigo, y todas sus posiciones y personal cambiaron de dueño.

Su detención obedece al asesinato múltiple de la madrugada del domingo 11 de octubre, frente al Oxxo, del Barrio de San Juan en Tecamachalco, de cuando un grupo contrario, presunta cédula del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), intentó asesinarlo, al descubrir que estaba tomando cervezas en la única tienda que en ese municipio vendía bebidas embriagantes con la botella abierta y con permiso para consumirla, pero se les escapó.

Precisamente el Barrio de San Juan era el centro de operaciones de este personaje, además de tener sus casas de seguridad, en ese mismo lugar donde aún se refugian varios integrantes de su banda, quienes aún cuentan con la protección de funcionarios de ese Ayuntamiento.

César Adrián es o era amigo de Jesús Portilla García, ex elemento de la Policía Federal de Caminos, con antecedentes penales por tráfico de estupefacientes e indocumentados, esposo de Sandra Nayeli Cadena Santos, secretaria General de este Ayuntamiento y compadre de la presidenta municipal, Marisol Cruz García.

Este mismo ex federal es quien realmente mueve los hilos de la seguridad de los habitantes de este lugar, es quien dice a quién se debe o no proteger, sus historias son muchas y dan escalofríos a quienes lo conocen.

César Adrián lo benefició a este y a otros más para que se hicieran de la vista gorda en el robo de hidrocarburos, asalto a transportes, secuestros, extorsión, homicidios y otros delitos de alto impacto, incluyendo el narcomenudeo.

Las historias de César Adrián lo llevan hasta una amistad siniestra con alguien de apellido Riestra, quien después de que obtuvo todo su apoyo, económico por supuesto, dejó de contestarle las llamadas al celular. Lo que ocurrió también con los que benefició económicamente para que obtuvieran algún cargo de elección, se puede decir que financió una que otra campaña política.

César Adrián en estos momentos se encuentra sujeto a procedimientos penales por múltiples delitos, pero debe tener una agenda donde guarda la lista de todos los que tenía o aún tiene en nómina, lista que será interesante para quien de verdad tenga intensiones de limpiar la corrupción que mantiene a Tecamachalco en poder del crimen organizado.

Nos vemos cuando nos veamos.