A más tardar en 100 días se harán oficiales las cartas de las dos coaliciones electorales, y por supuesto la que más interesa es la de la alcaldía de la capital, considerada “La Joya de la Corona”.

La semana pasada se dieron los destapes al interior de Morena, primero el de Alejandro Armenta —quien evidentemente sólo le quiso poner el cascabel al gato—, posteriormente, el de Gabriel Biestro y por último, el de Claudia Rivera, quien este miércoles solicitará licencia al Cabildo para buscar la reelección.

Analizando el comportamiento de la Comisión Nacional de Elecciones de Morena, brinca un dato muy interesante en el tema de la paridad de género; y es que decidieron mantener el mismo esquema de las candidaturas utilizado en 2018, con ello, donde se postuló una mujer, seguirá una mujer, al igual que en el caso de los hombres.

Fuentes al interior de la dirigencia nacional de Morena anticipan que salvo casos de excepción, la tendencia de repetir el género, se replicará en las candidaturas locales y alcaldías.

De ser así, en la capital poblana, la candidatura le correspondería a una mujer, sin que signifique que Claudia Rivera amarre así la posición, pues ya se tienen previstos los contrapesos en caso de confirmarse esta hipótesis.

En la primera línea, dentro del ayuntamiento, estaría Rosa Márquez Cabrera, regidora opositora y que se ha revelado por el manejo de la administración municipal.

Otro contrapeso vendría del interior del Congreso, y es posible que Gabriel Biestro quiera mover a su “alfil” que le ha dado resultados para controlar a diputados como Héctor Alonso y José Juan Espinosa y a operar acuerdos con la oposición; es decir, que Nora Merino Escamilla podría sumarse a la contienda.

Es tan voluble el estado de ánimo en Morena, que figuras de la izquierda de los últimos años como Socorro Quezada, que se enfrentó al morenovallismo y fue expulsada del PRD por oponerse a la alianza con el PAN, también levanta la mano y amaga con registrarse.

Y por supuesto, entraría la carta que el gobernador guarda bajo la manga en caso de requerir una candidata. Porque en definitiva, Luis Miguel Barbosa moverá sus fichas y hará las llamadas que sean necesarias para evitar que Claudia logre la candidatura.

Y si al final Morena decide que la candidatura sea para un hombre, no le den vueltas, anoten a Gabriel Biestro sin dudarlo.

En conclusión, más allá de los intereses de grupos y la guerra de poder al interior de Morena, lo que definirá el futuro de la capital para ese partido es un asunto de género.

Hagan sus apuestas: ¿será melón, será sandía?

La regidora y el marido funcionario; una relación peligrosa

Algo poco transparente, por no decir muy sucio, sucede en el Ayuntamiento de Puebla donde Raúl Barranco Tenorio, esposo de la regidora por Morena, María Isabel Cortez Santiago, ha cobrado más de 300 mil pesos por actividades poco claras en el área de Atención Ciudadana de la Secretaria de Infraestructura.

Al expresidente estatal del PES, del viejo PES, se le ha señalado en más de una ocasión por un presunto enriquecimiento inexplicable. En 2018, una investigación de El Financiero reveló que cuenta con ocho propiedades, una de ellas escriturada a nombre de la regidora.

En tanto que en marzo de 2018, cuando logró colocar a Isabel Cortez en la tercera posición de la planilla de Claudia Rivera, diversos aspirantes del Partido Encuentro Social se quejaron por la imposición y la presunta venta de candidaturas en una rueda de prensa.

Evidentemente hay un grave conflicto de intereses en donde la regidora y el funcionario actúan en complicidad en temas relacionados con la obra pública e infraestructura.

En el colmo del cinismo, se presentan juntos en actos públicos relacionados con estos delicados temas.

En aras de la transparencia, bien caería que el propio Barranco Tenorio y la regidora Isabel Cortez aclararan este evidente conflicto de intereses.

Para su mala fortuna, “lo que se ve, no se juzga”.