Aunque los presidentes municipales y diputados emanados de Morena insistieron una y otra vez en que serían diferentes, que romperían con las anquilosadas prácticas políticas y que por fin atenderían las demandas del pueblo; la verdad es que terminaron siendo iguales a los políticos de toda la vida e incluso, en algunos casos, peores que quienes tanto criticaron.

Basta con ver que ahora los morenistas utilizan a los tribunales para que les autoricen continuar como diputados y/o presidentes municipales al mismo tiempo que se dedican a hacer campaña para su reelección.

En esos casos uno se pregunta cómo habrían reaccionado las huestes lopezobradoristas si diputados del PRI o del PAN se hubieran aferrado a seguir cobrando sus sueldos y gozando de los escaparates que les ofrecen sus cargos, mientras sus contrincantes tienen que competir con desventajas.

También genera curiosidad conocer qué frases, caricaturas o memes habrían utilizado los representantes de la 4T contra quienes hoy buscan la reelección o para ser más específicos, quienes se niegan rotundamente a soltar el hueso y la silla.

Y no vayan a salir con el cuento de decir, —como se justificó en su momento—, que la reforma que permite la reelección es para que los alcaldes o legisladores den continuidad a sus proyectos, porque ejemplos de ineptitud, ignorancia e irresponsabilidad sobran.

Por citar sólo uno, esta el caso de Nayeli Salvatori, quien se registró para reelegirse como diputada federal por Cholula… pero también busca ser candidata de Morena para ser legisladora local.

Aunque ella diga que lo hizo para servir a la 4T desde cualquier trinchera, la realidad es que ya le gustó vivir de la política y eso que no hace mucho hacía berrinches en redes sociales asegurando que ya no continuaría en esta carrera.

Y qué decir del “entusiasmo desmedido” que generó la convocatoria para registrase a las presidencias municipales, en ciudades como Puebla o Tehuacán, que en un instante sumaron hasta ocho suspirantes para jalonearse la candidatura; en otros ayuntamientos de la Zona Metropolitana, los registros entre actuales diputados y alcaldes terminarán por pulverizar al partido de AMLO, porque más de uno y de una, no se quedarán conformes con las famosas y opacas encuestas patito, con las que justificarán las imposiciones del hombre del poderoso dedito.

¿Cuál será el verdadero daño a Morena tras la repartición de candidaturas?

Veremos y diremos.   

La incomprensible necedad de Presidente

Después de 166 mil muertos y casi 2 millones de contagiados por Covid, uno pensaría que es ocioso discutir sobre la importancia del uso del cubrebocas, pero para el terco del presidente, su fobia a la mascarilla es inamovible.

El esperado ejemplo de su uso simplemente no llegará ni hoy ni mañana ni nunca.

Las palabras necias y obcecadas, pronunciadas en La Mañanera, son una ofensa para los deudos, para el personal médico, para los pacientes que hoy están postrados en una cama tratando de ganarle la batalla al maldito virus.

Si el Presidente hubiera tenido un poco de sensibilidad, haciendo a un lado su creciente soberbia y este lunes hubiese salido a solidarizarse con las víctimas, diciendo que esta enfermedad le hizo reflexionar y que por ello se cambiaría la estrategia para atender la pandemia en México, se habría echado a la bolsa a una parte importante de la sociedad, con lo que refrescaría el desgastado bono ciudadano, para nuevamente ganar las elecciones, asegurando así el control del Congreso de la Unión.

Pero pudo más su cerrazón y lejos de mostrarse humilde, ofendió a aquellos que hoy ven como les cierran las puertas de los hospitales o quienes formados por horas para rellenar su tanque de oxígeno abandonan la fila tras la fatal llamada que confirma el fallecimiento de su familiar.  

Está claro que Andrés Manuel no se pondrá el cubrebocas ni para cuidar su salud ni la del resto de personas que le acompañan. De esta forma, los mexicanos sólo tenemos una opción: llevarle la contra y usarlo permanentemente sabiendo que en ello nos va la vida.

Afortunadamente, son muchos gobernadores han demostrado que ellos si están comprometidos y predican con el ejemplo.

En Puebla, Miguel Barbosa desde que se colocó el primero, no ha dejado de aparecer en todos los eventos públicos con cubrebocas. Cuida que sus participaciones sean virtuales o con reducido número de personas. En casos como las entrevistas con periodistas, mantiene la sana distancia, además de las prácticas de sanitización en Casa Aguayo.

La oposición con gobernadores como Enrique Alfaro, Alfredo del Mazo, Diego Sinhue también ha demostrado que las mascarillas son necesarias y útiles para cortar la cadena de contagios y así evitar que más y más mexicanos sigan muriendo.

Nuestra libertad de usar o no el cubrebocas termina justamente donde comienza el derecho de otros a no ser contagiados, pero parece que eso jamás lo entenderá nuestro remedo de Presidente.