El diputado federal con licencia Héctor Jiménez y Meneses, ya anda soñando con la presidencia municipal de Atlixco.
La semana pasada estuvo en ese municipio su compañero el diputado Federal del Partido de Trabajo (PT), Gerardo Fernández Noroña.
Estuvo en la zona en uno de sus clásicos viajes de turismo político y apapachar a los izquierdistas al tomarse la foto con dedicatoria.
En la comilona concurrida en plena pandemia en el restaurante Las Palomas, hubo la clara intención de generar la percepción que será Jiménez y Meneses, el ungido por el Partido del Trabajo como el candidato a la alcaldía al municipio de Atlixco.
En este lugar, el ex priísta aprovechó la visita de Fernández Noroña, para presumir que tiene respaldo nacional, ya que será este el PT el que designe candidato de Atlixco por la coalición con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Pero los que saben la realidad, señalan solo fue un acto desesperado para atraer reflectores, ya que Noroña, no tiene mayor nivel de injerencia en las mesas de designación de candidatos.
En este entorno, en Atlixco está por arder Troya, al existir una lista de más de 20 suspirantes inscritos para pelear hasta con las uñas por aferrarse a la candidatura.
Ahora, Héctor intenta venderse como el único capaz de conciliar para generar unidad y rebasar por la derecha a sus adversarios.
Sin embargo su realidad lo puede rebasar primero, sobre todo por su nulo trabajo como legislador y sus bajos niveles de conocimiento en la región.
Por la pandemia se guardó a piedra y lodo y nadie lo había visto hasta esa comilona. El ex priísta melquiadista ha sacado su colmillo y aprovecha cada momento para hacer creer que puede ser competitivo para arrebatarle la alcaldía a Guillermo Velázquez.
Pero los números dicen todo lo contrario.
Pronto les daremos las cifras.
Tiempo al tiempo.
Médicos en la cuerda floja
Hace unos días me marcó un amigo médico que trabaja en uno de los hospitales donde hay un área para atender a pacientes con covid-19, el de Traumatología y Ortopedia del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La llamada fue simplemente para contar la angustia con la que viven a diario en un riesgo constante de contagio.
La atención a los pacientes es con extremo cuidado, sin embargo ni así se asegura nada, sobre todo por el constante ir y venir del día.
Incluso nueve de sus compañeros de otras áreas, han fallecido.
La desesperación es ver pasar las vacunas y que no les lleguen a ellos.
En dicho lugar son más de 300 médicos, enfermeras, camilleros, trabajadores de limpieza, administrativos que requieren vacunarse.
Todos con familias y por quien preocuparse.
Al iniciar la pandemia se les daba el apoyo incluso de ser hospedados en hoteles para evitar estar en contacto con sus familias.
Hoy, a un año no hay nada de eso.
En pasadas entregas, les comenté la mala combinación que serían las elecciones y el plan de vacunación.
Ahora, parece que el gobierno federal ha decidido apurarse a vacunar a los adultos mayores.
La estrategia no solo es bajar la mortandad por el coronavirus SARS-CoV2, sino también pareciera que el tema es electoral, porque los mayores de 60 años y sus familias votan.
Por eso se dejó para después la vacunación de los médicos.
Y si no es así, ¿a poco les costaba mucho llevarles a Ortopedia del IMSS al menos 300 de las 27 mil vacunas que llevaron a Tehuacán?, por ejemplo.
Pero ni eso, tampoco vacunaron a los trabajadores de la salud del mismo centro de salud de ahí mismo en Tehuacán.
Ellos también se quedaron solo viendo la vacunación, como un sediento en el desierto a una Coca Cola bien fría.
Y otro ejemplo es en el ISSSTEP, donde vacunaron a los de primera línea que atienden a enfermos, pero dejaron fuera al personal de la torre médica y ya ni se diga de las 31 unidades, donde a diario atienden a pacientes.
Tan mal está la estrategia de vacunación del Instituto Nacional de Bienestar (Insabi), que cuando inocularon a los médicos del ISSSTEP, al final les sobraron vacunas y andaban buscando a quien aplicarles, ya sin protocolos y fuera de listas.
Todo parece indicar que el biológico seguirá llegando a cuentagotas y solo se aplicarán a los grupos estratégicos electorales, al menos de aquí al 6 de junio.
En tanto, médicos seguirán esperando desesperadamente mientras se equilibran en la cuerda floja.
Pena ajena.