El uso político de las vacunas por parte de AMLO quedó demostrado una y otra vez. Tan importante ha sido lavarle la cara al gobierno de Claudia Sheinbaum tras la terrible derrota electoral del pasado 6 de junio en la Ciudad de México y la tragedia de la línea 12 del Metro, que no les ha importado que metrópolis como Puebla, donde existe un importante número de habitantes, se queden sin vacunas.

Es cierto que la cantidad de dosis que el gobierno de AMLO adquirió es insuficiente, que las farmacéuticas presentan retrasos en las entregas, pero ninguna de esas son las razones por las cuales los poblanos estamos en el último sitio de vacunación.

Ayer, por segundo día consecutivo, el gobernador, Miguel Barbosa lanzó un llamado enérgico hasta el Palacio Nacional, para exigir la entrega de más vacunas para los poblanos.

Lo hizo a la par que explicó que vacunar es la mejor estrategia, para evitar que en esta tercera ola de Covid, los hospitales se saturen con pacientes jóvenes que requieran ventiladores mecánicos para sobrevivir a la enfermedad.

Lo hemos dicho en infinidad de ocasiones, con todo y que se puede cuestionar su modo, el gobernador ha sido lo suficientemente claro y enérgico para firmar decretos, reconvertir hospitales, destinar recursos al sector salud y llamar a la población a cuidarse.

En la conferencia de ayer, reiteró que si hay que comprar vacunas, el gobierno de Puebla se apunta; si hay que ir por ellas y llevar las cámaras frías, las tenemos; si hay que dar dos o tres vueltas para estar en el momento de la repartición, se viaja; si tenemos que idear estrategias funcionales para vacunar masivamente, se organiza.

Todo, todo lo que la federación ha pedido o ha dejado de hacer se ha subsanado desde el gobierno estatal, pero mientras la federación insista en centralizar los biológicos, estamos fritos.

Mientras en alcaldías de la Ciudad de México ya comenzó la primera aplicación a jóvenes de 18 años y más, en Puebla las personas de 50 años y más cumplen 10 semanas esperando la segunda dosis.

El grupo de 40 años y más anhela pacientemente el llamado para completar el esquema de vacunación y los treintañeros, con todo y sus disfraces, preguntan cuándo comenzarán las inyecciones.

Es claro que vacunar en una semana a medio millón de poblanos como estima el secretario Antonio Martínez será todo un reto, pero estoy cierto que es una meta realista, siempre y cuando las dosis por fin sean entregadas por la federación.

Esperemos que este martes, en el Pulso de la Salud alguien le informe al doctor López-Gatell o al propio Andrés Manuel que desde el domingo pasado alguien está solicitando su atención en estas tierras poblanas. Que no se le olvide a AMLO que Puebla le dio miles y miles de votos, para que en su tercer intento cumpliera su sueño aspiracional de ser Presidente.