Este escrito es un documento “chamoy”. Es la tercera vez que intento describir un pedacito de mi infancia y, por “angas o por mangas” se borra el texto. Seguramente algunos de mis cuatro lectores no saben lo que significa “por angas o mangas” ya que la expresión pertenece al siglo pasado, significa “por una razón u otra”. Cada vez que viene a mi mente esta frase llega tomada del brazo de mi amada abuela y mi disfraz de Robin Hood, el héroe de mí ya muy empolvada niñez.

Errol Flynn era el actor que interpretaba a mí álter ego Robin Hood, un personaje justiciero que luchaba en favor de los pobres explotados (como de costumbre) por la “realeza política”.

Mi héroe se escondía entre los bosques y ahí esperaba pacientemente el temeroso paso de los corruptos explotadores de su amado pueblo. Él y su pequeña pandilla eran espadachines formidables y arqueros fuera de serie, Robin Hood era a capaz de partir una manzana en dos sin importar si esta la sostuviese entre los dientes la heroína del grupo, vamos, igualito a Guillermo Tell.

Cuando apareció “el Comandante Marcos” en la historia de mi país, mi corazón volvió a latir con fuerza. Él fue por un corto tiempo la reencarnación de mi Robin Hood, ¡pero! oh! deslució, mi ideal de “primero los pobres” se fue al caño.

Aún guardo en mi corazón la esperanza de que algún día, surgirá el Robin Hood que pondrá a temblar a la casta divina que hoy, “por angas o mangas,” continúa manipulando a los pueblos… no solo de mi país, si no del mundo entero.

Dice el dicho: “el valiente es valiente, hasta que el cobarde quiere”. Pienso que, “el corrupto manipulador es corrupto, hasta que el manipulado quiera”.