Desde que obtuvo su triunfo aplastante, Lilia Cedillo Ramírez, quien será la primera mujer rectora en la antiquísima historia de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), empezaron a encenderse las veladoras para poder entrar a su equipo.
Incluso algunos de estos nerviosos han utilizado a periodistas columnistas para ejercer alguna presión y quedar en la jugada durante los próximos cuatro años.
Todos buscan colocar a gente allegada.
Lo cierto es que la doctora finalmente será la única que tenga la última palabra y el poder de decisión de las personas que la acompañarán en lo que será una administración histórica.
Es obvio que Lilia Cedillo no se dejará influenciar y mucho menos amedrentar, ya que tiene la suficiente capacidad y experiencia al interior de la BUAP, para saber quiénes sí y quiénes no.
Lo cierto es que ya prepara a su gabinete y demás equipo, el cual se vislumbra será uno de los más fuertes y con capacidad tanto académica, administrativa y política.
Simplemente será un parteaguas en la BUAP.
Tiempo al tiempo.
Los 800
En los últimos días vimos y seguiremos viendo que la saliente administración municipal, presume que durante los tres años de gobierno incrementó el número de policías pasando de mil 600 elementos a 2 mil 400, es decir, 800 más.
Pero hay que reflexionar unos puntos sobre lo que significa el incremento en el número de uniformados.
Se destaca como uno de los supuestos principales logros de la presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco.
El tema cobra relevancia, toda vez que la seguridad pública es una de las principales demandas ciudadanas.
Sin embargo, lo que no se ha dicho es cuántos de esos 800 supuestos policías, en realidad son personal administrativo contratado para la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
Las estimaciones más reservadas, señalan que son entre 300 y 400 plazas administrativas que engordaron la burocracia en la corporación.
Entonces, lo que significa en realidad, es que en la calle sólo vamos a ver a cerca de 400 nuevos policías.
Pero ese solo es un tema, la siguiente pregunta es ¿qué hizo el ayuntamiento con esos 400 nuevos elementos?
Estudios del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revelan que los ciudadanos de la capital de Puebla no sienten mayor confianza en su Policía Municipal, ni tampoco han sentido una reducción sensible en los niveles de delincuencia, y eso sólo es en materia de percepción.
Durante los tres años de la alcaldesa Claudia Rivera y su secretaria de Seguridad, Lourdes Rosales, no vimos ni una sola detención destacada de las tres principales bandas que operan el narcomenudeo en la ciudad: la banda de La Patrona, El Croquis o El Chupón.
Mucho menos en contra de las bandas que operan en la zona de Santa Margarita y Clavijero.
¿De qué sirve que presuman 800 nuevos policías?
Para tener un margen de comparación de lo que hicieron en tres años, tan sólo entre abril y septiembre de este año, es decir, en cinco meses, en la Policía Estatal se dieron de alta 800 nuevos cadetes.
Se trata de verdaderamente 800 nuevos uniformados que estarán en las calles certificados como policías, no personal administrativo.
Algo le debería aprender Lourdes Rosales a Rogelio López Maya y a su equipo, pues en tan sólo seis meses pudieron hacer más de lo que a ella le llevo tres años.
Pena ajena.