Una vez más la incertidumbre de la pandemia vuelve a rondar por el mundo.

La nueva variante de Covid-19 llamada Omicron preocupa en la OMS y colapsa los mercados internacionales.

La cuarta ola de contagios es ya una cruda realidad en muchos países y una sería amenaza en otros tantos.

Y la disyuntiva actual es mucho más compleja que hace 20 meses, ¿economía o salud?

Ningún país aguantaría un confinamiento tan severo como el que vivimos hace unos meses sin que su economía salga profundamente afectada. Por más apoyos gubernamentales que se decidan y se reciban.

Por otro lado, sigue sin quedar claro hasta dónde protegen las vacunas ante esta nueva variante y más grave aún muy pocos países tienen un avance realmente significativo en la aplicación de dichas vacunas.

En México, nuestras autoridades dicen que no debemos preocuparnos, que no pasa nada y que estamos listos para enfrentar este nuevo reto. Sus dichos tampoco tienen un sustento real.

Así que, una vez más, nos toca como sociedad hacer lo que nos corresponde. Hay protocolos de higiene que ya demostraron su efectividad, usar cubrebocas, lavarnos las manos constantemente y mantener la sana distancia.

No es necesario esperar a que nos digan que lo tenemos que hacer. Si todos actuamos conscientemente, nos cuidamos y cuidamos a los demás tal vez podremos brincar esta nueva ola sin tantos enfermos y sin afectar una economía que apenas empieza a despertar.

Poder y medios

No por ser común deja de llamar la atención el trabajo que les cuesta a los políticos aceptar la crítica y las voces que disienten de sus acciones. Unos se quejan en público, otros presionan vía convenios –dando o quitando- y algunos atacan directa o indirectamente a los que consideran sus enemigos.

También es cierto que en el gremio periodístico hay muchos intereses, muchos sicarios de la pluma o viles extorsionadores.

Como en cualquier caso, no es posible generalizar de ningún lado. Lo que sí es deseable es que la relación poder-medios fuese más sana y transparente.

1. Muy loable lo que lograron  Nicolás Larcamón y el equipo Puebla. Tres años con un equipo chico en nombres y nómina pero grande en espíritu y entrega.

2. No es sano para nadie el desencuentro entre algunos líderes empresariales y el gobierno del estado. Hoy los necesitamos a todos trabajando unidos.

3. ¿Y la operación cicatriz en el PAN poblano?