Ayer un grupo de candidatos a juntas auxiliares en Tecamachalco denunció que el presidente municipal está utilizando los recursos del Ayuntamiento –económicos y humanos- para apuntalar a sus candidatos en las elecciones del próximo domingo.
En el colmo del cinismo, el junior de la dinastía Mier, ha dejado correr el rumor entre los votantes de que si sus delfines no quedan al frente de las presidencias auxiliares, no habrá fondos para las demarcaciones e incluso se retirarían becas o apoyos que entrega el gobierno federal de AMLO como las pensiones para los de 65 años y más.
El reparto de despensas, las consultas médicas gratuitas, la pinta de bardas, la promesa de entrega de tinacos y el pago de votos se han realizado previo a las elecciones, generando un clima de inequidad, inconformidad y hasta violencia en las juntas auxiliares de Tecamachalco.
Transparencia y equidad, son los dos principios democráticos que exigieron ayer los candidatos, ¿podrá Mier entenderlo?
La necedad de la Ley Seca
Históricamente se ha aplicado la prohibición de venta de bebidas alcohólicas en las jornadas electorales.
La llamada Ley Seca, que en algunos municipios aplicará durante todo este fin de semana, es realmente una vacilada, máxime en estos plebiscitos.
Al tratarse de demarcaciones tan pequeñas, resulta inoperante esta medida al grado que es posible encontrar que en un expendio no se puedan vender cervezas y en el Oxxo de la esquina, que ya se encuentra fuera de la junta auxiliar, es posible comprar cualquier bebida alcohólica.
Quienes deciden pasarse la Ley Seca por el arco del triunfo se prevén y desde este viernes o quizá desde ayer ya guardan en sus neveras las cervezas para el fin de semana.
La prohibición de la venta de bebidas espirituosas golpea a los restauranteros quienes ven mermadas sus ventas durante el fin de semana.
Además de todo eso y como ya se ha dicho, hemos votado históricamente en nuestro sano juicio y ya hemos visto que nos va bastante mal, quizá un par de tragos nos permitan elegir mejor a los próximos representantes populares ¿o no?