Cuando se habla de números y cifras de recursos multimillonarios, como que se pierde la dimensión de las afectaciones a la ciudadanía directa.
Recientemente publicamos que el ayuntamiento de Claudia Rivera Vivanco, no ha comprobado recursos por cerca de 6 mil 500 millones de pesos, en más de 2 mil 100 contratos.
Para entender un poco mejor el problema, una de las más graves afectaciones, es en la inseguridad.
Y es que derivado del mal trabajo de la pasada administración municipal, ahora en Puebla capital, sólo están operando de 45 a 50 cámaras de seguridad de las más de mil 700 que deberían funcionar.
Literalmente las calles están a ciegas, sin este elemento tan importante para el combate al crimen.
Así que cada vez que usted vea una cámara como las llamadas ventanas ciudadanas, que están en postes azules o las instaladas en bulevares, cruceros importantes o hasta en centros comerciales, lo más seguro es que no sirvan.
Incluso el primer cuadro de la ciudad está desprotegido, sólo la que está en el zócalo funciona y eso porque vigila la zona del Palacio Municipal.
Las demás no sirven.
Las causas son diversas, la principal es que la mayoría de los artefactos ya no funciona por la falta de mantenimiento, pero también hay las que simplemente no se encienden porque no se pagó a los cuatro proveedores.
Y es que en el ayuntamiento de Rivera Vivanco y en administración de Lourdes Rosales, en la Secretaría de Seguridad Ciudadana, dejaron de pagar a los proveedores, quienes deberían haber dado no sólo el servicio de conexión, sino también el mantenimiento.
Pagas el servicio de la conexión y el mantenimiento aparte.
Pero al parecer, para “ahorrarse” una lana, solo pagaron el mantenimiento del primer año y literalmente se dejó caer todo el sistema, incluso no se renovaron los contratos.
Ahora se sabe que para tapar el ojo al macho, no se hacían los convenios anuales, sino se daban algunos pagos parciales para que dieran servicios momentáneos.
La excusa la de siempre: La falta de recursos.
Al hacer los pagos parciales por temporadas, se disfrazaba que operaban todo el año las cámaras, aunque en la realidad llegaban a pasar semanas completas sin que cientos se encendieran.
Sólo quedaban de adorno, una simple pantalla.
Grave la situación que ahora deberá enmendar el ayuntamiento de Eduardo Rivera.
Tiempo al tiempo, estaremos pendientes.