Nuevamente la poblana Blanca Lilia Ibarra Cadena, presidenta del Instituto Nacional de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (INAI), está en el ojo del huracán, luego de que parecía que las aguas se estaban calmando.
Se lo adelantamos en este espacio desde que llegó. Su titularidad no iba a ser nada fácil, lo bueno para ella, es que en Puebla se curtió en presiones durante el morenovallismo.
Pero hay que recapitular.
En medio del escándalo del supuesto enriquecimiento de José Ramón López Beltrán, hijo del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el Ejecutivo pidió al INAI que dé a conocer los ingresos de Carlos Loret de Mola.
El periodista, junto a Mexicanos Unidos Contra la Corrupción e Impunidad (MCCI), revelaron posibles conflictos de interés entre López Beltrán, la empresa Baker Hughes y Petróleos Mexicanos (Pemex).
El mandatario y el periodista desde hace unas semanas entraron en dimes y diretes que terminaron el viernes pasado con la difusión de parte de López Obrador, de información que estableció que el comunicador percibiría ingresos por al menos 35 millones de pesos anuales.
El pasado martes, el presidente nuevamente sorprendió a todos al revelar que envió una carta al INAI, para solicitarle que investigue la riqueza de Loret, socios y familiares.
“Esta información seguramente la podrán obtener en el registro público de la propiedad y comercio, en el servicio de administración tributaria o la unidad de inteligencia financiera” (sic), señala en la carta.
¿Quién asesora al presidente en materia de transparencia?
Simplemente el INAI, no está facultada legalmente para obtener dicha información y menos de un particular.
En dado caso, López Obrador, debió hacer la solicitud de información directamente a las dependencias que él mismo señala.
Claro, por la ley de transparencia, lo más seguro es que estas dependencias hubieran estado imposibilitadas legalmente para entregar la información de un particular, pero ese es otro tema.
Sin embargo, el presidente de la república, al dar a conocer la carta al INAI, claramente busca meter presión, contra este instituto que tanto ha atacado y que pretende desaparecer.
“También les solicito que si ustedes (INAI) no tienen competencia para atender este asunto me informen si puedo, como ciudadano, ejerciendo mi derecho a la libertad de información y expresión, dar a conocer facturas y comprobantes sobre los ingresos del señor Loret de Mola de conformidad con la documentación que me hicieron llegar los ciudadanos” (sic), continúa el texto.
Con este párrafo en la carta, es obvio que conoce los alcances del organismo garante de la transparencia en México, que es simplemente vigilar y sancionar a quien no entregue información legalmente fundamentada.
En respuesta, la presidenta del INAI, Blanca Lilia Ibarra, dio una cátedra de transparencia al presidente y le refirió que como autoridad es su deber proteger datos personales, los que están resguardados por la Constitución.
Ah, de pasada le enseñó cómo hacer una solicitud.
La labor del INAI no es entregar la información o investigar, sino ver que se entregue debidamente, así de simple.
Y eso lo sabe López Obrador, aunque pareciera lo contrario.
Por eso, hay que pensar en el tema como si fuera un tablero de ajedrez y adelantarse a las jugadas.
Con este movimiento, todo parece indicar que el titular del Poder Ejecutivo, pretende deslegitimar y nuevamente atacar al INAI de opacos, porque obviamente la respuesta a la carta iba a ser de rechazo.
Así buscaría matar dos pájaros de un tiro: Tener argumentos para intentar nuevamente desaparecer al INAI y seguir con la embestida contra Loret de Mola.
Tiempo al tiempo.